Victoria Esperanza Salazar Arriaza tenía la meta de cruzar a Estados Unidos, pero al ver lejana esa posibilidad solicitó refugio en México y comenzó a trabajar en la zona turística de Tulum, Quintana Roo, como personal de limpieza hasta el sábado 27 de marzo, cuando fue asesinada tras ser sometida por policías en esa localidad.
Victoria, de 36 años de edad, y su familia son originarios de Sonsonate, El Salvador, una localidad rica en café y cacao. La madre de Victoria, Rosibel Arriaza, expuso que su hija decidió dejar ese país hace casi cinco años por la violencia de las pandillas, falta de trabajo y bajos salarios, entre otros factores.
Le sobreviven dos hijas, de 15 y 16 años de edad, respectivamente. Según Nayib Bukele, presidente de El Salvador, su gobierno se encargará de la manutención y estudios de las hijas de Victoria y de todo lo que necesiten.
Al año de que Victoria llegó a México, aún traía en su mente el sueño americano: llegar a los Estados Unidos, pero las cosas no salieron como ella las pensaba.
Al ver que su objetivo se diluía, optó por pedir refugio en México. Fue así como obtuvo su reconocimiento de la condición de refugiada, junto con sus hijas “con el número de documento 11598479 expedido el 6 de marzo de 2018 por la Subdelegación Federal de Chiapas del INM”.
Un año después de llegar a México, según su madre, Victoria inició los trámites de su solicitud de refugio. Con su status de refugiada, Salazar trabajaba en Tulum en tareas de limpieza en un hotel de la zona turística, un mejor trabajo que lo que pudo encontrar en Sonsonate o en cualquier ciudad de El Salvador.
En ese su lugar de origen solo hay pobreza y marginación. Es una comunidad sin servicios básicos, donde proliferan las enfermedades y según el índice estadístico de ese país, existen altos índices de mortandad.
René Olivares, hermano de Victoria, dijo que el objetivo de Victoria era el de darle estudios a sus hijas y ahora que las dos jóvenes se han quedado sin madre, la familia se las llevará de regreso a El Salvador.
Con información de Francisco Mejía
JLMR