Constelaciones: ver el pasado para mejorar el presente

Alguna vez te has preguntado ¿Cómo fue la vida de tus antepasados? ¿Cómo influyen en tu vida?, pero sobre todo ¿Cómo liberarte de alguna carga y resolver el pasado y futuro desde el presente? ¿Cuál es la utilidad real de las Constelación Familiares como técnica psicoterapéutica?

Actualmente este tema se ha puesto en boga en México, pero en 2005 sólo se practicaba al otro lado del mundo, especialmente en Alemania, donde el teólogo Bert Hellinger puso a disposición del mundo este procedimiento y que hasta el día de hoy sigue generando adeptos por los resultados encontrados, pero también hay quienes no creen en ello.

Desde hace dos décadas el tema está en estudio, sin lograr homologar criterios, mientras las constelaciones se extienden en México donde ya se ofrecer cursos, diplomados y especializaciones en esta rama, en algunos casos para complementar la atención psicológica o para formar capital humano, y en otros más para ofrecer alternativas viables para esta vida tan agitada y en ocasiones hasta complicada.

Algunos estudios

Yolanda Alonso, de la Universidad de Almería España, escribió desde 2005 que la técnica psicoterapéutica de las Constelaciones Familiares era casi desconocida en ese momento en los países hispanohablantes, cuando en Alemania su aparición y crecimiento fue muy rápido hasta propagarse mundialmente.

En su artículo “Las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger: Un procedimiento psicoterapéutico en busca de identidad”, señala que estas son una reestructuración del esquema de la familia de origen, lo cual se logra en una sola sesión, en la que se ven los problemas psicológicos desde una dimensión transgeneracional, donde la persona no “viaja” sola, sino que trae consigo una larga carga emocional de sus antepasados.

A mediados de los 80 se dieron los primeros pasos de las Constelaciones Familiares en Europa, donde se acreditaron profesionales en esta práctica, pese a las dudas que generó desde su inicio esta técnica psicoterapéutica.

No sólo se criticó ampliamente la técnica, sino también a su creador, Bert Hellinger, un ex misionero católico, por “excesos ideológicos”, sin restarle por completo la importancia en la psicoterapia donde se reconoce la transmisión de conflictos, preocupaciones, familiares y modos de comportarse que repercuten en los problemas psicológicos actuales.

Esta técnica encontró auge no sólo en los problemas de índole relacional, sino también en enfermedades médicas e incluso en temas escolares, organizaciones y en funcionamiento de empresas.

“Desde punto de vista descriptivo, la constelación familiar sostiene como idea principal que determinados hechos impactantes tienen un efecto residual en todos los miembros de la familia en la que ocurren y que las dinámicas no resueltas que persisten tras tales hechos se transmiten a generaciones posteriores. Se trata de una herencia sutil e inconsciente de obligaciones que fueron contraídas por familiares precedentes y que viajan a través de las generaciones, formando parte del acervo cultural familiar”, señala.

Centros especializados

En varios estados existen varios lugares donde se ofrece este servicio. Uno de estos lugares se ubica en Metepec, con el nombre Centro Benessere, especializado en salud y medicina, donde existe una oferta integral de psicología, tanatología, temazcal, ceremonias relajantes, masajes, yoga, reiki, sonoterapia, barra access, círculo de mujeres, ceremonia de cacao y el diplomado de constelaciones familiares.

Este diplomado lo imparte Constanza Frettlohr, especializada en psicología, psicoterapeuta sistémica, tanatóloga y consteladora familiar, dedicada a la clínica desde hace 16 años cuando se especializó para dar este servicio como una herramienta extra para lograr el bienestar.

Aunque no estaba en boga en México, decidió adentrarse a las Constelaciones Familiares por las bondades que encontró en esta herramienta, derivada de la terapia sistémica y la terapia transgeneracional, donde hay hechos que marcan la vida de una persona y varias generaciones.

Estudió en una escuela de Ciudad de México cuando el tema era incipiente. Se formó con discípulos de Hellinger

Hoy tiene en proceso la formación de una generación más de “consteladores”, a través de estudios teórico-prácticos agrupados en 14 módulos, que se realizan los fines de semana para que las personas conozcan bien esta técnica, desde sus orígenes hasta la aplicación. El objetivo es lograr bajar el conocimiento y sanar algún pendiente de la persona que acude a consulta.

¿Para qué constelar?

La neurociencia reconoce que una persona no solo hereda rasgos físicos, sino también emociones, sentimientos, de toda la gente que va quedando atrás. En este sentido, Constanza señala que en ocasiones hay cosas que no sabemos, cosas severas y fuertes, como infidelidades, abortos, despojos, suicidios, problemas por herencias, entre otras cosas.

Sin embargo, agrega, a veces solo conocemos la historia del familiar más cercano, que son los padres o incluso de las y los abuelos, pero hay detalles desconocidos y también desconocimiento de lo que pasó en generaciones anteriores porque ya ni siquiera se conocieron.

“A todas estas generaciones tenemos que estar agradecidos porque ellos nos pasaron la vida y permitieron que nosotros estuviéramos aquí”, por lo cual es importante reconocer el peso que tienen en la historia de cada uno, donde algunos problemas se vuelven cíclicos, se presentan en varias generaciones, hasta que se logre romper esa cadena y terminar algún pendiente”.

Paso a paso

Constanza Frettlohr señala que cuando son menores de edad los constela la mamá; de 14 años en adelante ya pueden acudir a una constelación, aunque antes se revisan sus condiciones para saber si está listo y que esto lejos de ayudarlo le provoque algún daño.

La constelación está a cargo de personas capacitadas para ello. Se forma un círculo donde la persona a constelar selecciona de entre la gente -desconocida- a quienes van a representar a sus familiares cercanos, es decir, padre, madre, hermanos, tíos, toda la gente que estuvo o ha estado cerca. Cada uno expresa las sensaciones que percibe y de ahí debe salir información valiosa para la persona.

Todos los y las participantes son guiadas por una consteladora, quien les va dando pauta a buscar más, a dirigirlos por medio de la voz, ya que los participantes tienen los ojos cerrados para percibir más allá de ese sentido y tener acceso a esa nube de información que se forma al centro.

No cualquiera puede hacerlo, precisa, nadie que haya tomado un curso de fin de semana tiene la habilidad para hacerlo si no ha pasado por una larga preparación y meses de entrenamiento; ayuda mucho una carrera afín para que sea más fácil entenderlo.
En este caso el diplomado es de un año, acudiendo sábados y domingos, con muchas lecturas y ejercicios y ya está formando a la tercera generación; antes estuvo en CdMx y Querétaro.
¿Por qué hacerlo?

Puede ser para atender alguna área de la vida que preocupe, donde sienta la persona que está “atorada” a pesar de todos los esfuerzos posibles, desde temas económicos, la comunicación con las y los hijos, temas personales y de pareja, entre muchos otros.

Lo relevante es que es sin que los participantes tengan que exponerse hablando de temas privados ante personas desconocidas, sino todo lo contrario, es escuchar lo que los demás pueden decir.

En las constelaciones pueden salir a relucir temas desconocidos, de generaciones anteriores que nos han marcado, señala, los cuales se pueden atender en una sesión, si se trata de algo sencillo, si no, puede ser en más, programarlo cada mes o cada dos meses, para ir atendiendo diversos temas.

Para las constelaciones, el orden, el equilibrio y la jerarquía son importantes, no se debe excluir a nadie, empezar por el padre y la madre que nos dieron vida y a las primeras personas qué honrar.

Se ha encontrado que hasta siete generaciones siguen dando repercusiones, donde se repite constantemente un patrón porque se quedaron cosas pendientes, y como no hubo justicia se repiten hasta que se termina eso y se cierra un círculo, sobre todo “para superar eso que no permite avanzar”.

AGB