Layla Cummins, es una mujer británica de 30 años que acudió al hospital porque sentía molestias, típicas de un embarazo y es que no había sospecha de que se tratara de otro tema, hasta que los médicos la examinaron y concluyeron que su malestar no era por que fuera a tener un bebé.
Te recomendamos...
Después de hacerle algunos estudios, de acuerdo con el portal The Mirror, los especialistas detectaron que Layla tenía un tumor de 40 centímetros de ancho, por lo que decidieron ingresarla a quirófano para retirarlo.
La masa se encontraba ubicada entre el ovario derecho y la Trompa de Falopio, los cuales sufrieron algunos daños debido a su peso.
Afortunadamente el tumor, que pesó cuatro kilos (un poco más de lo que pesa un bebé sano), fue extirpado y después de algunos estudios se dieron cuenta de que no se trataba de cáncer sino de un quiste ovárico.
Layla, quien es una escritora freelance en Bristol, Inglaterra, dijo al medio que ahora se siente "más ligera" después de que le quitaran literamente todo ese peso de encima.
"Parecía una mujer embarazada antes de que se retirara (el tumor). Mis médicos estaban realmente impactados porque hasta ese momento pensaban que era la mitad de ese tamaño", compartió.
Además, Layla dijo que estaba contenta de pedirle a los especialistas que tomaran la foto del tumor.
LLG