Fernando Sergio Luján, jefe del Servicio de Quemados de la Unidad Médica de Alta Especialidad Magdalena de las Salinas, es el mejor cirujano plástico y reconstructivo de América Latina, y a lo largo de 22 años de carrera ha formado residentes capaces de activar protocolos de intervención inmediata para atender a personas con quemaduras.
El especialista está a cargo de siete víctimas de la explosión en un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, aunque están en estado crítico, la activación de ese protocolo evitó mutilaciones y deformidad de extremidades.
Sin embargo, reconoció que es necesario contar con un comité que decida a qué pacientes con quemaduras darles prioridad por contar con más posibilidades de sobrevivir, ya que también se necesita optimizar los recursos.
“Mi sueño es que el IMSS sea punta de lanza para tener un comité para contingencias, con gente preparada para atender quemados, y también decir: ‘no te van a llegar pacientes que no te van a vivir’, suena un poco cruel, pero tenemos que pensar en la gente que tiene más opciones.
“La inversión es muy alta. Si tengo un paciente afuera, en lo privado, en cinco días se avienta 3 millones de pesos. No aguanta. El IMSS no aguanta”. Los pacientes de Hidalgo cuestan “casi un millón por día. El paciente quemado consume mucho, de ahí la importancia de que haya gente especializada en el manejo del quemado” para optimizar los recursos.
Su labor ha colocado al IMSS a la vanguardia en el manejo correcto, digno y ético de los pacientes quemados de tercer grado en Latinoamérica, pues ha logrado el mayor tiempo de sobrevida y con ello dar a los familiares la posibilidad de despedirse.
Egresado del IPN e integrante de comités de la UNAM, ha rechazado ofertas en el extranjero para impulsar en el país el conocimiento; sin embargo, reconoció que es preciso profesionalizar a más médicos en el manejo del paciente quemado, porque el IMSS no puede solo.
—¿Cuál es la esperanza de vida de los siete pacientes?
—Uno de ellos tiene una sobrevida de 20 por ciento, otro de 10 y en los otros cero.
—¿En las próximas horas puede darse un desenlace?
—Claro. Si nosotros tenemos un paciente con 90 por ciento del cuerpo quemado y necesitamos piel, y nada más tenemos 10 por ciento (de piel libre de lesión) resulta imposible cubrir otras áreas. Si no tenemos piel (sana) el paciente está expuesto a infecciones, que es una de las causas de muerte.
—¿Cuál es el protocolo?
—El protocolo establece iniciar con un proceso de desbridamiento (eliminación del tejido muerto, dañado o infectado) y cada tercer día meterlos a quirófano para retirar 10 por ciento del tejido (en el caso de los pacientes de Tlahuelilpan) porque sus quemaduras son muy amplias y de tercer grado. Se les coloca un vendaje con antimicrobiano para evitar dolor, pérdida de líquido, calor y un proceso infeccioso.
—¿Los que no se quemaron pero olieron el combustible?
—El olor daña, merma las defensas, el inhalar químicos también produce quemaduras. Es humo caliente que entra (por las vías respiratorias). Todo eso es la causa de que los pacientes estén en estado crítico.
—¿Se carece de especialistas?
—Puede haber varios especialistas, pero no con nuestra preparación. Muchos consideran que el quemado es un paciente aislado. No es así. Una intervención temprana ofrece una oportunidad para que las familias se despidan de sus seres queridos.
Necesario, atender a víctimas con más posibilidades de vida: Fernando Luján
El especialista del hospital Magdalena de las Salinas, en CdMx, señala que los heridos por la explosión cuestan al IMSS un millón de pesos al día.
Ciudad de México /
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