Los niños expuestos a la contaminación del aire, como el humo de los incendios forestales y las emisiones de los automóviles, son más propensos a desarrollar enfermedades cardíacas y otros padecimientos en la edad adulta, según un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Stanford.
El análisis se centró en los sistemas cardiovascular e inmunológico de los niños y confirma investigaciones previas de que el aire contaminado afecta la salud a largo plazo. De acuerdo con el boletín de la Universidad de Stanford, "este hallazgo podría cambiar la manera en que los médicos y los padres piensan sobre el aire que respiran los niños".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo, 93 por ciento de los niños menores de 15 años respiran aire que pone en riesgo su salud y desarrollo. De ellos, más del 25 por ciento desarrollan trastornos relacionados con enfermedades inmunológicas por exposición al aire contaminado.
Niños de California, expuestos a humo de incendios forestales
Los investigadores estudiaron a un grupo predominantemente hispano de niños de 6 a 8 años en Fresno, California, una ciudad con algunos de los niveles más altos de contaminación del aire del país, principalmente por la agricultura industrial y los incendios forestales.
Día a día, a lo largo de un año, revisaron los niveles de contaminación del aire y el estado de salud de los menores. Cuando cruzaron los datos de presión arterial y muestras de sangre, los resultados "fueron preocupantes".
"Incluso una breve exposición a la contaminación del aire puede cambiar la regulación y expresión de los genes de los niños y alterar la presión arterial, lo que podría sentar las bases para un mayor riesgo de enfermedades en el futuro", dijo la autora principal del estudio, Mary Prunicki, directora de investigación sobre la contaminación del aire en el Centro de Investigación sobre Alergias y Asma de Stanford.
Niños hispanos, los más vulnerables
Los resultados del estudio indican que la exposición a partículas finas conocidas como PM2.5, monóxido de carbono y ozono a lo largo del tiempo, está relacionada con una alteración genética que puede transmitirse a las generaciones futuras.
Según el estudio, los niños hispanos soportan una carga desigual de problemas de salud, especialmente en California, donde están expuestos a niveles más altos de contaminación. Entre los adultos hispanos, la prevalencia de hipertensión es mayor en comparación con otras razas en los Estados Unidos.
“Casi la mitad de los estadunidenses y la gran mayoría de las personas en todo el mundo viven en lugares con aire insalubre. Comprender y mitigar los impactos podría salvar muchas vidas", concluye Kari Nadeau, una de las autoras del estudio.
evr