El parto humanizado en tiempos de pandemia

La experiencia es maravillosa para la mujer e incluso para su pareja que, en un hospital, se le limita a sentarse en la sala de espera, señala Lucía Sánchez Herrero, la última enfermera y partera certificada en Torreón.

La pandemia ha orillado a buscar una alternativa alejada de los hospitales, se vuelve la mirada al parto asistido por parteras y “doulas". (Archivo)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila /

En los años cuarenta existía una Sociedad de Parteras en Torreón. Se trataba de mujeres preparadas que se encargaban de prestar un servicio humano, mismo que se iría diluyendo en la década de los setenta al considerar necesaria la asistencia de las embarazadas en el sistema hospitalario.

Ahora que la pandemia ha orillado a buscar una alternativa alejada de los hospitales, se vuelve la mirada al parto asistido por enfermeras parteras y por “doulas”, es decir, personas, generalmente mujeres, que informan y acompañan en el proceso de la maternidad.

Si bien el oficio es aún apreciado y existen algunas parteras empíricas en ejidos y barrios, en Torreón continúa con la práctica Lucía Sánchez Herrero, la última enfermera y partera certificada, quien puede asistir en un parto humanizado en tiempos del covid-19.

“Es una opción segura siempre y cuando haya tenido un control prenatal y esté en buenas condiciones la mamá porque, si la mujer tiene un problema en el embarazo eso lleva riesgos y hay que ir al hospital, ellas no se pueden atender en casa”, sentencia.

Lucía Sánchez inició sus cursos piscoprofilácticos en 1988, incursionando en el parto en agua y en casa en el 2001. Ella sabe que la experiencia es maravillosa para la mujer e incluso para su pareja que, en un hospital, se le limita a sentarse en la sala de espera.

“Es un ritual el tener un bebé en casa, la mujer se siente muy acogida y tranquila. Después de un parto el protocolo dicta que el ginecólogo o la partera no puede irse de la casa porque en la primera hora es cuando se presentan los problemas”.

En estos conceptos coincide Silka Guerrero, doula o acompañante profesional de partos, quien atiende aspectos físicos y emocionales, siendo apoyo en casa, en hospital o en partos en agua e incluso cesáreas, sin suplir al médico que atiende la salud de la mujer y su bebé y ella de la experiencia del alumbramiento.

Ella se encarga de satisfacer gustos musicales, regular la intimidad o por el contrario, crear una atmósfera festiva. La persona doula en la grecia antigua se equiparaba a un sirviente o esclavo dedicado al cuidado de la mujer.

“El doula suple el papel de la partera, que es uno de los oficios más antiguos de la humanidad. La partera atiende en el parto la salud de la mamá y el bebé pero también se empeñaba para que su experiencia fuera muy bonita, al tener un parto respetado”.

Silka Guerrero lamentó que no exista en este momento una escuela para parteras y aseguró que esto obedece a intereses económicos pues un parto en casa es más barato, seguro y humano.

“Es una profesión que respeto mucho porque saben cosas profundas, aunque hay pocas en el país y en el mundo”.

CALE

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