A sus 82 años, don Óscar dirige el tráfico en Pachuca para ganar unas monedas

Historia

Lleva 36 años como “viene viene”. El adulto mayor da el paso a conductores en cruce de las calles Paseo Toltecas y vía Ferrocarriles Pachuca-Tula, en la Aquiles Serdán

Cuando mira venir los autos sopla su silbato para darles el paso.
Alejandro Reyes
Pachuca /

Don Óscar tiene 82 años y fuerza en los pulmones para soplar su silbato. El hombre de la tercera edad da el paso a los automovilistas en el cruce de las calles Paseo Toltecas y vía Ferrocarriles Pachuca-Tula, en el fraccionamiento Aquiles Serdán.

Originario de Comitán, Chiapas y avecindado en Hidalgo desde 1962, don Óscar lleva 36 años dirigiendo el poco tráfico que se hace en estas calles para llevar unas monedas a su bolsa y tener un poco de comida en su mesa.

Cuando mira venir los autos sopla su silbato para darles el paso. Los conductores lo miran indiferentes, otros ni eso. Algunos bajan su vidrio y le regalan unas monedas.

Dice que viene todos los días a este crucero, de lunes a domingo, pasadas las 11 de la mañana hasta las cinco de la tarde antes de que el frío del invierno comience a morderle la piel tostada por el Sol.

“Estoy aquí del diario, ahorita está todo caro y si le afloja uno está duro, hay que aferrarse a la chamba para que pueda uno trabajar honradamente”, dice el hombre parado en la esquina de una guarnición de la que se levanta un enorme poste de luz de un color que ha dejado de ser verde.

Don Óscar dice que uno que otro automovilista sí le llega a dar una moneda o algún billete y se sincera: “sí me llevo mis centavitos para qué le voy a decir que no, a veces me llevo los 70, 80, 100, 150 pesos”.

Sin embargo, el hombre cuenta que ya tiene ubicados a los vecinos de las calles a quienes les da el paso y no le regalan una moneda o por lo menos el saludo, “por ejemplo: los de la compañía de luz no le dan ni un centavo partido a la mitad, los gaseros uno que otro me llega a dar, mejor la gente particular y me dicen: órale, ahí para su refresquito jefe”.

Don Óscar no tiene esposa, pero sí tres hijos, uno en la Ciudad de México y dos en Pachuca quienes lo visitan y le dicen que deje lo que hace, sin embargo él se niega, “si me salgo de aquí me puedo enfermar y cuando menos esto me sirve esto de diversión”.

-¿Y cómo la pasa aquí conduciendo el tráfico?

-Pues ahí me distraigo.

-¿Ha habido accidentes en este crucero?

-En lo que llevo aquí nunca ha habido accidentes, pero las personas salen de aquí en sus autos como si debieran algo, pasan volados.

-¿Y su silbato dónde lo consiguió?

-Lo compre en la calle Guerrero, me costó 55 pesos, bien caro, ya tiene como tres años, lo he estado conservando.

“Estoy esperando la pensión del presidente Obrador, me atonté este mes y no la saqué rápido y me citaron para enero en la Delegación del Bienestar, la que está en la calle Iglesias”, dice.

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