Su pasión por la biología llevó a Ana a migrar del campo a la ciudad por un mejor futuro

Historia

Ana Cristina Olivera es estudiante de la UAEH, estudia biología y ahora que regresaron a clases presenciales, sabe que aprenderá más

Ana Cristina estudia en la UAEH. (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca /

Ana Cristina Olivera cubrió su rostro esta mañana con las cobijas y le costó saber que, desde el lunes pasado, día en el que entraron miles de estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) de forma presencial, no escucha el llamado de su mamá para que se despierte, como cada mañana, “¡Ya es tarde, levántate!” por lo decidió saltar de su cama y alistarse para llegar en punto a su primera clase, a las 7:00 de la mañana.

La joven de 20 años es proveniente de Acatlán, un municipio tranquilo y en el que sus padres han sacado adelante a ella y a sus dos hermanos gracias a su dedicación al campo, a la ganadería, pero Ana quiso estudiar y tomó impulso para ingresar a la universidad y está dispuesta a concluir sus estudios en biología para trabajar en laboratorios.

“Mis papás son ganaderos y pues es linda la vida del campo pero a mí me llamaban otras cosas, quiero estudiar por lo que fui feliz cuando dijeron que podemos regresar a la escuela, aunque en mi caso, no conocía las instalaciones, es la primera vez que vengo”, expresa con una sonrisa tímida.


Mientras el sol de las 9:00 de la mañana se refleja en sus lentes, dice que es diferente tomar clases presenciales, recorrer pasillos, oler los árboles o ver el movimiento de estudiantes yendo y viniendo a sus clases, pero en su caso, lo mejor fue practicar en el laboratorio, “porque vemos todo en el microscopio y no es lo mismo que ver y conocer los materiales en pantallas fijas mediante la computadora, me gustan las clases presenciales y me dan ánimos para seguir adelante”, dice.

Estos han sido días complicados para Ana, ya que, además de no depender de su mamá para despertar, también extraña la tranquilidad de Acatlán, “acá hay mucho movimiento vehicular y me ha costado dormir por las noches, pero espero acostumbrarme pronto”, dice, pero señala que este cambio ha valido la pena porque sabe que su preparación práctica estará más sólida viniendo a la escuela y preguntando de frente a los profesores sobre las dudas que tiene.

“Tenemos que leer mucho, tener muchas dudas para que los maestros nos las resuelvan porque, mientras la mitad del grupo está en el laboratorio, la otra mitad debe investigar sobre diversos temas y tenemos que llegar con preguntas, cuestionamientos con el fin de que haya una interacción en las clases y podemos resolver cada una de las dudas que se nos presenten”, platica.

Y mientas ve el reloj, debe apresurarse a comprar algunas libretas y regresar a las instalaciones universitarias para continuar con su horario de clases, “porque quiero seguir estudiando y sinceramente pienso que este esfuerzo que están haciendo mis padres y que hago yo, y sé que este cambio y el retorno a las aulas, nos beneficiará a todos porque nos estamos preparando mejor”, concluyó.

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