El refugio invernal 2023-2024 abrió sus puertas el pasado 1 de diciembre y estará en funcionamiento hasta el 29 de febrero de 2024, brinda atención a las personas en situación de calle con hospedaje de las seis de la tarde a las siete de la mañana, alimentación con cena, desayuno y servicio médico.
El sitio puede recibir 30 personas como máximo pernoctando. Está ubicado en la colonia Morelos, frente a la gasolinera Dos Caminos, en la calle Camerino Mendoza número 111, esquina con avenida del Trabajo, en la ciudad de Pachuca.
Ángel Zamorano nació en el Estado de México, tiene 34 años y la noche del miércoles la pasó en el refugio invernal. El joven delgado, estatura media y barba, lo utilizó hace un año y este también. Reconoce que está en situación de calle.
"Lo uso desde hace un año que lo conocí, lo usé un mes, después afortunadamente pude irme a rentar y este año la idea era no ocuparlo pero me volví a quedar sin domicilio y aquí estoy”, cuenta. Desde hace tres días se queda en el sitio.
Ángel dice que tuvo un problema con la casera en la que rentaba en la calle Covarrubias, cerca del centro histórico de Pachuca, le pidieron la casa y no le permitieron pasar por su ropa.
-¿Hace cuánto fue eso?
-Apenas el domingo, un día me quedé en otro lugar y después me vine para el refugio.
-¿Y cómo te enteraste del lugar?
-Desde el año pasado que estuve aquí conocí a los encargados y por ellos sé.
-¿Y cómo es la atención del refugio?
-Pues a mí me parece excelente, el único detalle es que no nos podemos quedar más tiempo del día.
Aunque el joven está sin hogar en estos momentos sí tiene empleo. Trabaja en el Instituto Nacional de Migración y brinda información en la central de autobuses a los connacionales que regresan al país.
Desde hace un año y medio vive en Pachuca y estuvo en situación de calle hasta antes de que le pidieran la casa donde vivía. Su vida era complicada porque debía buscar sitios para comer y dormir.
-Dormía en la calle obviamente, algunas veces en el hospital general, otras en algún cajero automático, en la calle, en el parque Miguel Hidalgo.
-¿Y cómo es dormir en la calle?
-Horrible, aprende uno mucho a valorar lo que tienes así sea una chamarra.
Ángel regresará al refugio a pasar la noche hasta volver a encontrar una casa para rentar nuevamente. El joven cuenta, antes de dejar el albergue sobre una banqueta desolada, que piensa demandar a la persona que lo dejó sin su hogar.
Juan Enrique Oliva, tiene 42 años, es originario de Guanajuato y desde hace cuatro días utiliza el refugio invernal de Pachuca para desayunar. No se queda en él por la noche porque no está en situación de calle.
El hombre cuenta que llegó a la capital de Hidalgo hace una semana y en lo que encontraba trabajo pidió el apoyo con los alimentos en el refugio. Se lo dieron y además ya encontró empleo en una constructora.
“La atención en el refugio está muy bien, cuando uno llega nos checan, nos revisan la presión, el ritmo cardiaco, el azúcar, las personas de la cocina son muy atentas”, dice.
Es jueves por la mañana, minutos después de las siete, el frío arrecia y el sol aún no calienta. Juan Enrique desayunó frijoles con tortas de pollo en salsa verde, fruta con miel, gelatina y yogurt.
Se enteró del refugio porque iba pasando con un compañero que le prestó un cuarto en su casa y lo vio. Los encargados en ese momento les ofrecieron de cenar y quedarse pero él solo pidió almorzar.
-¿Y vas a seguir viniendo?
-Si sigue así claro que sí.
-¿Cómo ves el lugar?
-Está muy bien para las personas que lo necesitamos.
Juan Enrique dice que salió de Guanajuato porque es un sitio peligroso por el narcotráfico, liderado, según él, por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el grupo criminal llamado “la mañana”. Cuenta que por precaución dejó su estado natal y llegó a Pachuca.
“El narco está en lo que es Salamanca, Celaya, Irapuato, León, están ahí, yo soy de mero Guanajuato, de la capital; acá en Pachuca está muy tranquilo y la gente es muy amable, es como un Guanajuato, montañoso, calles hacia arriba, pero más grandote”, dice antes de dejar el refugio y regresar a su cuarto para irse a trabajar.