Ha pasado un año desde que el 20 de octubre de 2020 en el barrio de San Juan en Salvatierra, iniciarán los trabajos de búsqueda que llevarían a la exhumación de 80 cuerpos de los cuales 46 ya han sido identificados. Se trata de la fosa clandestina más grande en la entidad, un parte aguas en la historia de Guanajuato que sacó a la luz un problema que ya existía, pero del que poco se hablaba; las desapariciones forzadas. “No todos eran malos, para muchos de ellos su error fue estar en el lugar y momento equivocados” explica Angelica Almanza vocera del colectivo “Ángeles de Pie Por Ti”.
”Le pedimos nosotros y Fiscalía accedió a tener mucho cuidado, quizá la desesperación de un año tener muchas personas sin identificar diga para muchos "Oye cómo es posible" pero preferimos esperar y tener la certeza de que si sea, a llevarnos la sorpresa de que nos dieron el equivocado” agregó
Aún recuerdan aquellos trabajos de búsqueda que concluyeron hasta el 19 de noviembre, fueron 30 días continuos con varilla y pico en mano para exhumar cuerpos, algunos aún en descomposición y otros ya convertidos en osamentas.
”Comisión de Búsqueda y las familias usábamos las varillas, después llegaba un cabo o varios cabos con un binomio canino, un perrito, ellos daban el positivo y entonces comenzaba la excavación. Después de 10, 12, 15 personas el escuchar el ladrido del perrito se convirtió en doloroso, era saber todo lo que habían sufrido esas personas "narra.
El procedimiento consiste en usar varillas de construcción con terminación en “T” para introducirlas en la tierra, si éstas descienden a más de 50 centímetros significa que la tierra fue removida recientemente. La varilla es retirada, se huele para detectar olores a putrefacción y se observa si tiene residuos de piel, cabello o secreciones, de ser así se da aviso a miembros de la comisión de búsqueda.
El colectivo originario de Salvatierra nació dos años atrás con la búsqueda de dos personas, poco a poco se fueron sumando familias, ninguno de ellos tenía conocimiento de la magnitud del problema que vivía el “Pueblo Mágico”. Hasta el momento han logrado identificar a 13 de sus desparecidos en las fosas, entre ellos la maestra Lupita, Ulises, Gisela y Donovan, joven de nacionalidad norteamericana que tenía autismo, se mantienen en busca de 33 más.
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Fueron los propios habitantes quienes les dieron los índicos, aromas, gritos y actividad sospecha. Lo que era un rumor que inicio con una solicitud por seis carpetas de investigación para empezar a excavar, llevó a 80 cuerpos.
A diferencia de otras fosas en el estado, en estas los cuerpos fueron enterrados sin ropa, lo cual dificultó su identificación.
Miembros de colectivos que participaron en los trabajos refieren que estos tenían un promedio de tres años de entierro, algunos sepultados a más de metro y medio de profundidad. Las características de la zona, por encontrarse en el campo y a 20 metros de un río, propiciaron la descomposición rápida de los cuerpos.
Hoy se busca que el lugar donde se localizaron las fosas sea convertido en un espacio que dignifique el recuerdo de estas 80 personas a través de la construcción de un memorial, para lo cual han solicitado a la Comisión de Búsqueda, Comisión de Victimas, autoridades y ciudadanía su apoyo.
Las familias han referido que solo buscan encontrar a sus desaparecidos, no les interesa quién, cómo o dónde, no buscan venganza, piden a la ciudadanía que si tienen información se las hagan llegar por mensaje a través de su página en Facebook.