Cepillos Mahai, producto artesanal hecho en Ixmiquilpan

Hace 35 años, el señor Gerardo Zapata comenzó a realizar cepillos con lechuguilla, un recurso natural que ahora da trabajo a 14 mujeres en la comunidad; actualmente su hija Nayeli ha logrado expandir horizontes para hacer crecer este proyecto

Nayeli aprendió a fabricar los cepillos para ayudar a su papá, quien comenzó a fabricarlos hace 30 años (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca; Hidalgo /

Nayeli Zepote tiene una voz suave y explica a la gente que acudió al Pabellón Artesanal de la Feria de Pachuca 2022, los beneficios que tienen los Cepillos Mahai, realizados de forma artesanal con lechuguilla, una especie de agave que crece en Ixmiquilpan y que ahora es el sustento de más de 14 familias.

Estos productos los comenzó a elaborar su papá, el señor Gerardo Zapote, hace 30 años y ha sido el motor para salir adelante, después de padecer una incapacidad y sacó adelante a sus hijos e hijas, y una de ellas, Nayeli, ha logrado hacer crecer el negocio gracias a su visión de crecimiento empresarial.

“Este taller se formó desde hace 30 años. Mi papá tiene una discapacidad física y fue causa de una lesión degenerativa que no se trató y al final se convirtió en un daño irreversible.


 Estoy orgullosa de él, ya que él ha trabajo para sacar adelante a su familia y antes de que esta situación, hizo trabajos de albañilería, en el campo de temporada y trabajando la lechuguilla con la que, decide trabajar y se le ocurrió hacer un producto terminado, un cepillo”, explica.

Sin embargo, de inicio no se vendían sus productos, ya que la gente no apreciaba su origen, “además de que hace tres décadas fue el auge de los productos sintéticos, de lo fácil de usar, comprar y desechar, no hay la conciencia que existe en estos momentos, pero me da gusto que mi papá se haya aferrado a su proyecto.

“Fue hace 10 años que me sumé a su proyecto y fue difícil al principio porque no sabía usar ninguna maquinaria, ni prenderla ni nada, pero me apliqué para aprender en seis meses y así apoyar a mi papá, a quien después veía trabajando muy tarde y pues quise ayudarlo”, indica Nayeli.

Ya que aprendió, y pese a que su papá de principio no quería que trabajara, Nayeli empezó a buscar plazas, eventos y ferias para vender los productos Mahai, “además de que comencé a promocionarlo en redes sociales y así, poco a poco, fueron incrementándose las ventas y con ello, la necesidad de más apoyo y ahora hay 14 mujeres trabajando acá”, expone.

Indica que, como es un trabajo detallado y no requiere de fuerza, muchos hombres de la comunidad no querían el trabajo, así que las mujeres fueron las que han fortalecido el proyecto, “porque, además, se llevan el material para que lo armen en casa y así puedan estar con sus hijos y disfrutarlos también.

“Ya son más mujeres que trabajan la madera, pulen los mangos, dimensionan la fibra y mi papá sigue trabajando pero ya tranquilo, con un sueldo y con la libertad de que haga lo que le gusta hacer”, dice.

Señala que este emprendimiento ha ayudado a que su calidad de vida sea mejor, “pero también “seguiré tratando de innovarlo porque el futuro es incierto, por lo que preveo cuando a mis papás les haga falta la atención médica, en caso de requerirlo, creo que es bueno saber que podrán tener una atención mejor en caso de que enfermen. Ese es mi propósito, que mi mamá y mi papá estén bien”, concluyó.

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