Al participar durante años en las movilizaciones feministas, integrantes de colectivos consideraron previo al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, que estas protestas han visibilizado la violencia de género en el estado y que las autoridades deben erradicarla.
Ramona, del colectivo Brujas del Tule, así como Yenzuni de la asociación Libertinaje, además de Nateli comparten sus experiencias desde la protesta y consideraron que las críticas hacia el feminismo no toman en cuenta que debido a la lucha de género la sociedad se ha vuelto más consciente ante la violencia contra la mujer.
“Las marchas te acercan, por el hecho de ser mujer y estar en la misma lucha”, afirmaron.
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Visibilizar el estado fallido: Brujas del Tule
Las brujas eran quemadas por el simple hecho de tener conocimiento, de ahí surge el nombre del colectivo Brujas del Tule, cuya finalidad es unir a todas las organizaciones feministas, así como independientes del Valle de Tulancingo.
Ramona, integrante de la colectiva, quien cuenta con cinco años de participación en las marchas feministas de la región, consideró que la utilidad de las manifestaciones, como cualquier movimiento social, es visibilizar que existe un estado fallido y que predominan situaciones urgentes que deben ser atendidas a la brevedad.
“El hecho de que existan marchas, bloqueen caminos e incluso se incomode a la sociedad, es, al menos para mí, un llamado y un grito de que deben atenderse muchísimas demandas. En este caso, desapariciones, feminicidios, violencia de género y vicaria”, declaró.
Las marchas también garantizan un espacio seguro para las mujeres violentadas. “Se trata de un lugar donde desahogarse, gritar, llorar en un ambiente seguro y sororo con las demás compañeras. Es decir: no estás sola, estamos aquí”.
“Acá en Tulancingo empezamos unas diez personas. Al principio, muy poquitas mujeres en las marchas y actividades, pero año con año se han ido sumando más y más. A pesar de que a ojos de la sociedad, el feminismo está mal visto, somos más quienes se unen”.
Para Ramona es un gusto “porque se acercan, platicas con ellas y se realiza acompañamiento o asesoramiento, donde juntas aprenden de todas”.
“Creo que hay un cambio significativo al menos con las mujeres. Los hombres es un poco más difícil que entiendan, porque no sufrimos la misma violencia”.
Ante las críticas, Ramona pasa de largo, porque no tiene caso contestar. “De este lado no ha ocurrido algún acto violento que atente contra el contingente, pero si hemos visto en redes sociales, que al parecer hombres quieren accionar en contra de la marcha. Ya que acá no se ha hecho iconoclasia, pero están ofendidos de que las mujeres salgan a exigir sus derechos”.
Cada año se suman más: Colectivo Libertinaje
El hecho de ser mujer y estar en la misma lucha, te acerca, dice Yenzuni García, del colectivo Libertinaje, quien lleva siete años participando en las marchas feministas.
El colectivo ofrece asistencia para personas con discapacidad motriz y también busca justicia para mujeres que sufrieron esterilización forzada.
Consideró que la finalidad de las marchas del 8 de marzo es procurar una sociedad más justa y equitativa, así como visibilizar casos urgentes que permanecen sin justicia.
Lejos de enfrentar, las feministas atraviesan las críticas contra las movilizaciones, dijo Yenzuni, luego que consideró que muchos no saben cuál es la finalidad de estos movimientos.
“Tendrían que pasar por alguna situación similar, para que entonces se llenen de la misma rabia que nosotras. Por supuesto que también gritarían y destrozarían cualquier cosa”.
También destacó que cada 8 de marzo hay más mujeres en las marchas que anteriormente no coincidían con ellas y sus demandas.
“Un ejemplo muy presente es mi papá. Antes estaba en contra de que estuviera en las marchas, pero de unos años a la fecha, luego de conocer los casos de las chicas, término por adornarme un martillo. No solo aceptó sino que enfatizó con la lucha”.
Caso Nateli: Importancia de las marchas
Nateli sufrió intimidaciones por parte de un funcionario de la Secretaría de Agricultura estatal en 2022, pero fue hasta que decidió levantar la voz y unirse a la Mercadita-Las Insurgentas cuando las autoridades por fin tomaron su declaración.
“Sino es con esa presión, nunca me hubieran hecho caso”.
Por tanto, para Nateli, quien cuenta con tres años de asistir a las movilizaciones feministas, las marchas del 8 de marzo sirven para llamar la atención de las autoridades, “las cuales suelen minimizar las situaciones por las cuales pasan las mujeres”, dijo.
“El funcionario condicionó mi trabajo de manera sexual. Desde el momento que sucedió, acusé las intimidaciones”.
Nateli inició la denuncia en la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, así como en el Centro de Justicia para las Mujeres, dependencia que archivó la denuncia.
“Hace poco me llamaron de Contraloría estatal para volverme a tomar la declaración, que se supone desde hace dos años ya había entregado”, relató.