Están viviendo todo por primera vez. Escuchan que ya no puedes decir “estás bien hermosa”. Mucho menos un piropo sobre el cuerpo ni hacer referencia a la ropa. Tampoco se piden ni se toman fotografías sin consentimiento. Y cada palabra que sale en redes sociales se analiza al milímetro. El máximo atrevimiento en Instagram es el ícono de fueguito. Y repito, es demasiado. Hoy los corazones se tratan con pinzas.
Podrías acabar ‘funado’, expuesto masivamente en redes, en algún tendedero escolar o, en el peor de los casos, demandado. Debido a un comportamiento que pudo incomodar a alguien y eso puede cambiarte la vida. En 2025 chicas, chicos, chiques en México se enfrentan a una realidad nueva al aprender a ligar, ese arte amoroso que ha estado rodeado de estereotipos de género y dinámicas de poder desiguales.
Esto apenas lo descubren ella, ellos, elles que, al borde de la mayoría de edad, nos cuentan cómo ha sido ‘eso’ de ligar con respeto y consentimiento mutuo. Conceptos que transforman las dinámicas que sus padres vivieron, y que ahora deben aprender y saber manejar –como una fórmula química–, muchas veces con miedo a terminar exhibidos en el patio del colegio, o abrir tus redes y ver publicada una charla que creyeron privada. Ser ‘funado’ es un riesgo real para los adolescentes en México.
Vivimos una reconfiguración de los vínculos románticos. En este escenario, donde todos deben sentir que sus deseos, límites y necesidades son escuchados, surge una pregunta: ¿cómo aprenden los jóvenes a ligar en estos tiempos? Ellos mismos tienen la respuesta: han aprendido “cagándola”. Y ¿cómo sortean el señalamiento público si se equivocaron? DOMINGA hizo este ejercicio y salimos a preguntarles.
‘Red Flag 1’. Si tu ligue quiere “darte”
Isabel tiene 17 años. Isabel, así la llamaremos, estudia en una prepa pública. Nos reunimos para esta entrevista en su casa con permiso de sus padres. Isabel se enamoró del que fue su chambelán. Conforme avanzaban los ensayos y preparativos para sus XV años, dice que su amor crecía pero sólo de un lado.
Emiliano sólo quería “dársela”, ese fue el término que el chico utilizó cuando le confesó a Isabel que la dejaría después de varios meses de “jugar a los novios” sin obtener ningún tipo de juego sexual correspondido. “Yo sólo quiero ‘darte’, no quería ser tu novio”, le dijo. Y entonces la abandonó. “La insistencia era mucha. Llegaba a mi casa y me besaba, pero no me pedía que fuéramos novios, quería que nos besáramos en público. Pero yo no quería. Pensaba que lo hacía sólo por exhibirme con los demás y lo que me da más miedo en la vida es que anden hablando de mí”.
“La verdad es que los chavos que me he topado, o mis dos intentos de novio, sólo me querían para ya sabes qué. El primero era mi amigo, y me intentaba conquistar, pero siempre me hablaba mal de sus exnovias o amigas, que eran unas ‘putas’, y por eso nunca le hice caso. Yo sabía que, así como se expresaba de esas chicas lo haría de mí, y así fue”.
Cuando Isabel no le correspondió, el chambelán anduvo diciendo a los demás qué cómo había podido fijarse en ella. Eso le dolió muchísimo. “Hasta ahora no confío en los hombres”, dice Isabel. “Para mí son bobos, quieren sexo y si no se los das, te abandonan. No saben cómo tratarte”.
‘Red Flag 2’. Si sientes que te están “trabajando”
Inti es una chica de 17 años. Estudia en un colegio privado. Nos reunimos después de la escuela con el consentimiento de su mamá. Me habla de lo que piensa del ligue. De pronto siento que estoy escuchando a una experta que me enumera puntos clave. “El ligue casi siempre empieza por Instagram, puede que conozcas o no a quien te escribe, te pueden comenzar a seguir porque te vieron en una fiesta, pero no te hablaron y por redes se animan”, dice y yo voy anotando.
Inti es de esas chicas a las que siempre la acompaña un grupo grande de amigas, es líder y se muestra muy segura de sí misma. Todo comienza con un “me gusta” a las historias, luego viene una plática ya en forma de chat. “Eso sí, tengo mis filtros, al primer comentario sobre mi cuerpo, un ‘mamacita’ o algo así, incómodo, los bloqueo y no sigo la conversación”, dice Inti.
“Trato de ser discreta con los [chicos con los] que escribo por Whats, más si hablo de terceros, porque hoy cualquier error y puedes terminar ‘funado’. Nunca he tenido novio, nunca me he enamorado, no he llegado a ese punto, no me siento cómoda con niños de mi edad. Son unos idiotas”.
Tiene “cero amigos” hombres, le ha parecido difícil que un chico se acerque a una chica sin la intención de “tener algo contigo”. Sólo quieren “darte”, insiste. “Se van acercando, te dejan un sentimiento de que te están trabajando. Y ya que lo logran, se aburren y se van. Y no es que yo no me quiera divertir, claro que me gustaría tener un novio y que fuera una persona con la que pudiera divertirme, pero también que pudiera platicar de temas serios y que no todo termine en alcohol”.
“En la escuela se intenta concientizar mucho sobre el feminismo, se te invita a no hacer comentarios sexistas, a no hablar del cuerpo de otros, a no aceptar comentarios violentos. Pero aun así pasan, seguido ves en redes que ya exhibieron la conversación entre dos amigos con comentarios gordofóbicos de compañeras, o ves conversaciones de un chico con novia escribiéndole a otra chica y está ‘funandolo’ en redes”.
Inti dice que a éstos se les comienza a ignorar en la escuela, son apartados y juzgados. Nadie quiere eso realmente, pero sucede.
‘Red Flag 3’. Si te amenazan con irse con alguien más
“Es normal cagarla, pero ellos la cagan más que nosotras. Yo soy una niña ligando niñas y lo hago siempre con respeto y consensuado, me considero feminista y tengo reglas muy claras para relacionarme con otra niña”.
La llamaré Hana, de 17 años, también estudiante de un colegio al sur de la Ciudad de México, cuya colegiatura rebasa los 13 mil pesos mensuales. Es una chica que habla sin titubear, con una capacidad de análisis que pareciera que te habla alguien mayor. Hana sigue una regla clara: preguntar siempre, preguntar si están en el mismo canal. “No es difícil, solo hay que respetar, y no hacer nada que no nos gustara que nos hicieran. Es normal que nos equivoquemos, pues estamos aprendiendo”, dice.
Hana cuenta que, en su caso, su preferencia sexual le tocó por fortuna en un entorno de mucha apertura y respeto, sus iguales y su familia la han recibido con amor y empatía a sus preferencias sexuales. En las relaciones que ha tenido con otras niñas ha intentado no acosar ni hacerlas sentir mal y eso lo logra acercándose siempre con respeto. Considera que tiene ventaja: se acerca a las niñas como le gustaría que se acercaran a ella. Pero sus amigas hetero, dice, la tienen bien complicada.
“Lo que veo en las que tienen novio es que hay dependencia emocional y si bien no hay violencia física, sí hay mucha verbal y creo que después de la pandemia, ellas y ellos se han quedado ahí por no sentirse solas y solos. Somos chicos que estuvimos encerrados varios años y nos sentimos muy apartados. Hoy es común que mis amigas con novio me cuenten que les llaman ‘putas’, les dicen que nadie las va a querer como ellos, las amenazan con irse con otras, las sobajan, y hay mucha infidelidad”.
“Las historias de abuso aparecen después de cada fiesta con alcohol, que si ‘fulanito’ beso a ‘fulanita’ porque estaba muy borracha, que si no se le preguntó y apareció en Instagram algo que no autorizó, y muchas veces ‘cagarla’ así, sale muy caro, pero insisto, estamos aprendiendo todos”.
Esa última frase hace eco. No podemos olvidar que son menores de edad aprendiendo a vincularse afectivamente con los demás.
‘Red Flag 4’. Si te piden que envíes fotos tuyas
Sebastián tiene 15 años. Estudia en una preparatoria privada. Es el atleta de la escuela, practica más de dos deportes y en ambos es estelar. Cada 8M dice que hay una ‘funada’ en el pizarrón público de la escuela. “Que si las besamos borrachas, que si les enviamos mensajes por Instagram que consideraron acoso, que si somos infieles. La mayoría de las veces tienen razón, pero ahí es donde nos enteramos de que hicimos algo que no gustó, ahí es donde hablan, y se siente feo, te sientes señalado y rechazado”.
“En mi caso tengo muy claro que ni por Instagram ni por WhatsApp ni ninguna otra red social podemos escribir nada que se malentienda o haga sentir mal a las chicas. Por ejemplo, prohibido pedirles fotos, y de ningún tipo, decirles frases que hagan alusión a su cuerpo, nada donde dejemos nuestra opinión de cómo lucen en una u otra foto”.
¿Pueden comentarles las historias?, le pregunto a Sebas. “Sí, si son amigas quizá un corazón está bien, lo máximo que podemos hacer es enviar un fueguito y ya es muy atrevido. Si no las conocemos nada, emojis de ningún tipo. En redes no se liga, no se escribe nada comprometedor con lo que después puedan ‘funarte’ y ahí sí joderte la vida, desde que se haga un problema en la escuela hasta terminar en la cárcel. Mientras averiguan si lo que dicen las niñas es verdad, nosotros somos culpables hasta que se demuestre lo contrario”, agrega.
“Es chistoso, porque en la fiesta te puedes besar o tener jugueteos con las niñas, en persona es más fácil interactuar con ellas. Pero en redes no les puedes escribir nada, si son tus amigas quizá puedas escribirle, pero nada que pueda ofenderlas, aunque haya habido besos anteriormente”.
‘Red Flag 5’. Si habla de tu manera de vestir
Una semana antes del 8M, dice Ernesto, de 18 años, estudiante de un colegio donde la colegiatura rebasa los 20 mil pesos mensuales, se pone un tendedero de denuncia en su escuela. Esto es básicamente el mural de los señalados y, por lo menos, en 2024 hubo unos 30 chicos exhibidos con denuncias –todas anónimas– que iban del “me besó borracha”, “‘fulanito’ me voltea a ver las nalgas”, “tal profesor me acosa”. Muchas historias se quedan en el mero chisme y en una vergüenza terrible del imputado, que dura semanas y puede escalar hasta la suspensión.
Ernesto es jugador de futbol americano y además de cuidar su lugar en el equipo también cuida su beca del 90 por ciento. “Sí es tema de conversación entre nosotros cuidar la reputación del equipo y de los jugadores, no hacer pendejadas que nos cuesten el nombre. A una chica no se le trata como nos llevamos entre nosotros, no se le habla con groserías, nadie quiere terminar exhibido, por decir lo menos”.
Tienes que tener pinzas muy delicadas para tratar con las chicas hoy, dice Ernesto. Tiene que cuidar sus palabras y las acciones que realiza. “Si desde casa te fomentan buena educación y respeto por las mujeres, no debe costar trabajo, pero aun así es complicado, muchas veces se pueden dar mal interpretaciones, podemos ver señales que a lo mejor nos hacen pensar que estamos siendo correspondidos y no”.
“Es más. Un día se me ocurrió decirle a un grupo de amigas, en una plática de cafetería escolar que yo no estaba de acuerdo en que pintaran los monumentos en las marchas de 8M y bueno, me fue bien mal, me tacharon de insensible, de que prefería los monumentos antes que la lucha de las mujeres. Me quedó claro que no debo abrir la boca nada más así”, dice Ernesto.
Las reglas del juego las sigue al pie de la letra. “En mi caso, si veo a alguien que me gusta, tomo la iniciativa pidiéndole permiso para conocerla, en un primer acercamiento; y luego que me dé autorización para acercarme le pido su Whats o su Instagram. De cinco chicas, me lo dan tres, después de ahí comienzo una plática. Eso sí, nunca pongo adjetivos como ‘bonita’, ‘hermosa’, jamás hago comentarios sobre su ‘look’, sea lo que sea que vistan, es su forma de expresarse y la respeto”.
‘Red Flag 6’. Si piensa que todas están esperando ser seducidas
Claudio es un profesor de preparatoria, músico, de ésos que parecen lucir siempre jóvenes y cercanos, pero lleva ya muchos años de experiencia. Siempre les dice a sus alumnos varones que hacen comentarios sobre el aspecto físico de sus compañeras, positivo o negativo, “que nadie les pidió su opinión”, “ni que las chicas están ahí esperando ser seducidas”. Y agrega: “Esa reproducción de ideas anticuadas sobre la masculinidad hay que dejarlas atrás”. Lamentablemente, ve a los chicos más preocupados por salir en un “tendedero escolar” que convencidos por vivir en un mundo igualitario.
Y las nuevas formas de contacto crean también resentimiento porque las chicas suelen irse de conversaciones que las ponen incómodas, bloqueándolos sin más explicación. “Una vez que se sienten ‘cancelados’, se hacen chicos resentidos y les cuesta trabajo desaprender las ideas de masculinidad que creíamos eran las adecuadas. Yo les digo a mis alumnos: la clave para ligar y no morir en el intento es tratar a la otra persona como te gustaría que te trataran a ti y preguntar, siempre preguntar”.
Ada es mamá de un adolescente de 15 años y representa una preocupación generalizada que tienen hoy las mamás de varones y que suelen callar: “¿Y si lo acusan de abuso?”, “¿y si besa a una niña borracho”, ”¿y si tiene relaciones sexuales y después resulta que ella dice que no quería?”. Ada es valiente y lo confiesa al teléfono.
La ‘funada’ de su hijo comenzó con un chisme que le arruinó la vida escolar, la exnovia dijo que la había besado y tocado a la fuerza. Según Ada, lo hizo para herirlo.
“Nunca hubo una acusación formal, ni siquiera por parte de ella, fue más bien como un chisme que llegó a oídos de la dirección y al repudio de los compañeros, al grado de que mi hijo recibió amenazas de ser golpeado por esta situación. Un rumor lo descuadró totalmente, pero yo agradecí que le pasará en secundaria y no más grande, pues tenía sólo 13 años, aprendió a la mala hasta dónde puede llegar un rumor”.
‘Red Flag 7’. Si te hace 'ghosgting' y desaparece sin previo aviso
La psicóloga Claudia Hernández, experta en salud mental juvenil, argumenta que, a diferencia de generaciones anteriores, donde las citas y los primeros amores eran una experiencia en persona, los adolescentes de la era digital tienden a lidiar con sus emociones en solitario, sin el apoyo inmediato de sus amigos o de una interacción cara a cara. Además, las plataformas digitales han amplificado fenómenos como el ‘ghosting’, la práctica de desaparecer sin previo aviso de una conversación o relación, lo que puede dejar a los jóvenes confundidos y con un mal manejo de sus emociones.
“Este tipo de actitudes están directamente relacionadas con la falta de madurez emocional y la superficialidad en la interacción”, comenta Hernández. “El ligue digital hoy en día se caracteriza por ser fugaz, y las emociones, en muchas ocasiones, quedan al margen en favor de la rapidez, el entretenimiento y la validación”.
Uno de los mayores retos que enfrentan los adolescentes es la falta de habilidades para manejar las emociones de manera saludable.
Isabel, Inti, Hanna, Sebastián y Ernesto coinciden: todo les está pasando por primera vez. En tiempos donde sus vivencias pueden hacerse públicas y tener un registro digital, confiesan que poco hablan de sus temores con sus papás, van sorteando situaciones como se les van presentando y aprendiendo “cagándola”, esperando salir victoriosos de una adolescencia que les tocó en la era de la cancelación, donde un error sí te define.
GSC