A pesar de que las autoridades expresen que está disminuyendo la violencia, solo se podrá pensar en una celebración cuando haya cero casos de feminicidios, expresó Ana Gamboa Muñoz, responsable del Observatorio de Violencia Social y de Género (OVSG) de la Universidad Iberoamericana Puebla.
El OVSG tiene registros de 52 casos de probables feminicidios entre enero y noviembre de 2021 en el estado de Puebla. El más reciente se presentó el pasado 21 de noviembre y el objetivo de toda la sociedad debe ser que no se presente ni uno más.
“Algunos podrían asumir la ligera baja en la estadística como un triunfo. Lo cierto es que, en el campo de batalla que suponen los espacios público y privado para las mujeres, la única cifra que puede celebrarse es cero. Cada número es un nombre, una historia, una vida extinta a manos del patriarcado cultural y sistemático”, destacó la investigadora.
Señaló que, en general, en el país, no existía consciencia cobre la problemática hasta que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó el asesinato de Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez en el caso del Campo Algodonero en el año 2009.
Comentó que, en el ámbito educativo, se registraron avances con la Ley General de Educación Superior de este 2021, donde se dedica un apartado a la instrucción de acciones para erradicar toda forma de violencia y discriminación, especialmente hacia las mujeres.
“Corresponde a autoridades y comunidades universitarias garantizar la materialización de estas condiciones en sus espacios físicos y virtuales”, comentó la investigadora.
Resaltó que el encierro en medio de la pandemia de la covid-19, fue un escenario propicio para la violencia doméstica porque obliga a mujeres y niñas a convivir de manera constante con sus victimarios.
“Se presentan daños a la estabilidad de las mujeres a través de las amenazas, descuidos, insultos y humillaciones. Como consecuencia del distanciamiento social, las redes de apoyo se ven afectadas”, destacó la especialista.
AFM