Incertidumbre en pago de Pensión para el Bienestar

Apoyado de un bastón para dar pasos lentos, pero seguros, usando un sombrero y gafas para evitar los rayos del sol, así avanza Martín Juárez Jiménez poco a poco a la entrada del Banco del Bienestar en el Centro Histórico de Pachuca, con la única esperanza de que al introducir su tarjeta al cajero automático o dar sus datos bancarios al personal del inmueble tenga la noticia de que al fin se reflejó el depósito de su beneficio, la Pensión para el Bienestar de Personas Adultas Mayores.

Le acompaña su “compañero”, así lo llama Martín, en esta búsqueda de información y certidumbre sobre el recurso que debe recibir cada dos meses, pero al momento no ha podido ver un peso de éste, mientras espera observa el interior de la sucursal del Banco del Bienestar, como esperando que en esta ocasión le tengan una respuesta sobre su depósito.

No es la primera ocasión que intenta acceder a este dinero, relata Martín Juárez, pues anteriormente visitó un inmueble de esta banca de gobierno federal en la Ciudad de México (CdMx) donde no sólo persistió una cuenta en ceros, sino que el personal de la sucursal no supo informarle sobre el procedimiento o el lugar adecuado para verificar el estatus de su afiliación, pues aunque cuenta con una tarjeta del Banco del Bienestar permanece en ceros.

“Me sometí a una operación, me la hicieron en la Ciudad de México, traté de disponer de mi dinero allá, fui a una sucursal del Banco, pero la tarjeta en ceros. Pregunté y sólo me dijeron que como yo soy de Hidalgo debía venir a cobrar aquí, por eso estoy formado, esperando”, manifestó a Milenio.

Originario de Tolcayuca, Martín Juárez prefirió viajar a la capital del estado, Pachuca, para ver si en la sucursal cercana al palacio de Gobierno podrían informarle al menos sobre la situación de su depósito o el motivo de la falta de recursos en su plástico bancario, pues no le dieron respuesta adicional en su visita a la CDMX.

“No había podido venir antes, estaba convaleciente por mi operación, necesitaba recuperarme; aún así no estoy bien del todo, pero necesito ese dinero para medicamentos y comida, pero hasta el día de hoy no hay nada en mi tarjeta”, lamentó.

Martín no es el único adulto mayor en esta situación, o alguna similar, pues presentes señalan retrasos en el pago de pensiones, largas filas para acceder al Banco del Bienestar, además de personal que no brinda la información precisa, pues en casos específicos deben ser remitidos a una de las oficinas integradoras o a la misma Delegación del Bienestar en la entidad para verificar de forma presencial el estatus de su incorporación al programa social del gobierno federal.

“Entonces, ¿dice que las oficinas están a dos cuadras de aquí?; voy a esperar a ver qué me dicen aquí en el banco, y si no me resuelven voy a ir las oficinas, porque sí necesito el apoyo, por mi operación no puede andar de un lado a otro, necesito que me resuelvan a ver qué me dicen”, dijo.

Al igual que otras personas adultas mayores y algunos jóvenes Martín Juárez sigue formado, esperanzado a que en esta ocasión pueda disponer del dinero que le prometió el gobierno federal, avanza apoyado de su bastón, poco a poco, pero espera que cada paso sea seguro, que al igual que su andar con paso firme se cumpla con la promesa de darle un apoyo, un recurso, que le ayude a seguir viviendo día a día.