Las mejores lecciones de mi vida me las dio la calle: Kevin García

Historia

El MVZ egresado del ICAp relató su historia a Milenio, dónde y cómo conoció a “el payaso”, personaje que no sólo lo ayudó en tiempos difíciles en su hogar, sino que brindó sustento y una posibilidad de cumplir sus sueños y metas

Actualmente “el payaso” y el odontólogo de caballos comparten la vida de Kevin, “me preparo como médico y como payaso”
Tulancingo; Hidalgo /

Cuando cursaba el séptimo semestre de la carrera de Médico Veterinario Zootecnista (MVZ)en el Instituto de Ciencias Agropecuarias (ICAp), Kevin Enrique García Gómez conoció a “el payaso”, un personaje que no sólo le ayudó a superar tiempos difíciles en su hogar, sino que también le brindó la posibilidad de cumplir sus metas y sueños, siendo el principal de ellos obtener su título universitario.

“Ya hace tres años o tres años y medio que egresé de la universidad, fue precisamente cuando estudiaba que conocí ‘al payaso’, propiamente el arte del payaso, estaba por séptimo semestre, el último tercio de la carrera, cuando conozco al payaso; al principio más que económicamente, lo tomé como un escape, había problemas en casa y mis padres se divorciaron, buscaba un escaparate para distraerme de los malos ratos”, relató a Milenio.

Kevin García conoció a el “payaso Kevin”, quien daba muestra de su talento como artista callejero en plazas, parques y espacios públicos de Tulancingo; derivado de la separación de sus padres “el payaso” se transformó en una fuente de ingresos para él y su familia, “había necesidad en la casa y había que buscarle, ‘el payaso’ me sacó adelante”; por lo cual tuvo que llevar su espectáculo al transporte público para aumentar sus ingresos y finalmente a los semáforos de las vialidades más transitadas de su municipio.

“Me tocó el tiempo de pandemia, ya trabajaba en la calle, hacía show en los parques, vendía globos en las tardes, después de estudiar me maquillaba y salía al parque, hacía malabares y vendía figuras de globo. Me subí al transporte público por necesidad en un inicio, pero también porque me empezaba a exigir más como payaso, empecé a hacer comedia, me subí al transporte público, aumentó mi ingreso y con mantenía a mi mamá y hermano”, apuntó.

La pandemia no cedió y poco a poco afectó el ingreso del “payaso Kevin”, por lo cual decidió llevar su espectáculo a los semáforos, en los cruces de las calles más transitadas de Tulancingo, esto derivado de un compañero que le sugirió tomar esta acción, “le dije: pero tu no sabes hacer malabares; él me respondió: pero tú sí, entonces yo hacía malabares, él pasaba con una copa para recolectar el dinero y nos lo dividíamos”.

Su espectáculo callejero se mantuvo por bastante tiempo, esto ya como artista en los semáforos, obteniendo el recurso suficiente no sólo para apoyar a su familia, sino para efectuar el pago de su título universitario y otros trámites que debía concluir en el ICAp; pese a esto, Kevin contempló la idea de no ejercer su carrera como MVZ, pues el ingreso en las calles fue mayor a cualquier empleo que ejerció relacionado a su preparación.

“Incluso llegué a pensar que no iba a ejercer, pensé: en la calle soy feliz, me va bien, pero por distintas cosas ejercí mi carrera. Aunque abandoné la calle, ya no hago shows callejeros en parques, micros o semáforos, ‘al payaso’ lo quiero mucho y ahora puedo alternar ambos trabajos, de lunes a viernes soy Kevin el MVZ, y fines de semana continuó dando show en fiestas infantiles como el payaso Kevin”, manifestó.

Como MVZ Kevin Enrique García Gómez se especializa en la atención de equinos, caballos principalmente, con una especialidad de odontología, “les arreglo los dientes, es el 90 por ciento de mi trabajo es lo que me dedico”; sin embargo, reconoció que a veces siente “la cosquillita” de regresar a las calles, no sólo porque de ellas obtuvo las mejores lecciones de su vida, sino porque es un trabajo muy rentable, incluso más que en otros lugares donde trabajó, “por decir algo, a veces me paraba en el semáforo una hora y ganaba hasta 800 pesos”.

Dejar atrás las calles no fue tarea sencilla, pues no sólo debía obtener un ingreso mayor, como el que tiene actualmente en su labor como MVZ odontólogo de equinos; sino que también la misma sociedad lo orilló a dejar poco a poco su faceta de artista callejero, “a pesar de que soy honesto, es el trabajo más rentable que he tenido, la sociedad lo ve mal, me pasó que ya trabajaba en un hospital de perros y gatos aquí en Tulancingo, los clientes me veían en la calle haciendo mi acto, porque hubo en punto donde alternaba ambas cosas, pero me tocaron ciertos comentarios negativos de mi familia y demás personas. Ya cuando me dediqué a los caballos el tiempo se reduce y te va mejor económicamente, dejé la calle, pero como me he preparado como médico veterinario también me preparo como payaso, por eso la idea de formalizar una empresa de espectáculo y entretenimiento infantil. De repente me da la cosquilla de regresar a la calle, enseña muchas cosas, las mejores lecciones de mi vida me las dio la calle, pero siempre hay que ir adelante, empezar a ser mejor en todos los sentidos”.

Seguir sus sueños y dignificar al artista callejero

Kevin García reconoció la necesidad de que la sociedad reconozca a los artistas callejeros, pues aunque en muchos casos son personas con problemas de drogas, no es la totalidad de los casos y detrás de sus actos existen historias de superación y carencias que pretenden superar con cada acto que ofrecen a las personas que circulan en espacios públicos y calles de las diferentes ciudades de Hidalgo y de México.

“Creo que primero que nada los artistas callejeros deberían dignificar el oficio, porque es una realidad que a veces muchos compañeros en la calle tienen otro tipo de situaciones, con drogas y cosas por el estilo; la sociedad creo que también no deben juzgarlos, hay muchas historias detrás de eso y en México a veces los artistas callejeros, y artistas en general en todas sus expresiones, no están reconocidos o dignificados, debemos mejorar en eso como sociedad, pues tan sólo en el país ‘payaso’ es un ofensa y hay mucho más allá de eso”, sentenció.

Kevin y el payaso Kevin conviven de la mejor manera en la actualidad, pues no sólo invirtió en su preparación como MVZ, sino también como payaso, ya que ambos son trabajos dignos, “no en todos los casos la calle significa delincuencia, en eso deberíamos mejorar, apreciar el arte, valorar todas las expresiones del arte el callejero y todo en general. Lo único que puedo decir a las personas es que sigan sus sueños, luchen por sus sueños y si algo pasa por tu mente va pasar por tu vida, sólo es cuestión de que lo decidan”.


  • Teodoro Santos

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