El cronista del municipio de Zinacantepec, Juan Ignacio Espinoza Pachango, señaló que la localidad de San Luis Mextepec ha sido popularmente conocida por sus historias y leyendas relacionadas a las brujas, desde hace 60 o 70 años.
“También hay varios personajes que se mencionan alrededor de esa comunidad, como a la señora Juana ‘La Gata’ o ‘Andreita Rojas’, quienes eran famosas, ya que se decía que eran brujas”.
En entrevista para MILENIO Estado de México indicó que incluso en la actualidad aún hay personas que se dedican a la brujería en este poblado, que también es conocido por su venta de mariscos.
“A la fecha, el hijo de Juana ‘La Gata’ según se dedica a la brujería y hechicería. Tiene su casa por el centro médico de San Luis Mextepec, ahí va la gente para sanarse porque se dedica como a la ‘brujería blanca’ ya no tanto a la negra, como lo hacía su mamá”.
Espinoza Pachango señaló que entre los diversos relatos que se han generado con respecto a las brujas de San Luis Mextepec, se dice que tenían la capacidad de hacer “pócimas”, las cuales tienen como finalidad hacer un mal a otros.
“Como no las ven con buena cara o porque les caen mal les echan ‘la maldad’, por así decirlo, y según ocupan diferentes materiales como tierra de panteón y distintas ‘pócimas’, para hacerles esos males a las personas”, explica.
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Buscaban a bebés
Otros de los relatos más divulgados entre la comunidad y que también se expandió a lugares cercanos es que las brujas tomaban la forma de guajolote y acechaban a los bebés, principalmente a los recién nacidos.
“Hay una historia muy popular que surgió en 1980, sobre una mujer que acababa de dar a luz. Con su marido se turnaba para cuidar al bebé porque se decía que las brujas se lo iban a chupar”, explicó Espinoza Pachango.
Las historias señalan que tenían la habilidad de hacer dormir a los padres y madres para que tuvieran la oportunidad de acercarse a los pequeños.
“Pero un día que la mujer estaba cuidando al niño, porque su esposo se fue a trabajar, ella cayó en un profundo sueño y a pesar de que ya habían puesto unas tijeras en forma de cruz y agua bendita, pues entre los habitantes se decía que servían para que ahuyentar a la brujas y proteger a los niños, esto no evitó que llegara al bebé y como se dice ‘le chupo la sangre’”.
Presuntamente, esto lo hacían porque tomaban la juventud a los pequeños.
“Ya a la mañana siguiente, cuando despertó la madre, se dio cuenta que su hijo estaba muy pálido y ya no tenía sin signos vitales”.
Bolas de fuego en el cerro
Cerca de San Luis Mextepec se encuentra el Cerro del Molcajete, que es parte de la comunidad de San Mateo Tlalchichilpan, en el municipio de Almoloya de Juárez.
Entre los relatos que han pasado de generación en generación señalan que este era punto de encuentro para las brujas de San Luis, y que desde lejos los habitantes de esta zona podían verlas.
“Antes, en temporada del Día de Muertos se veía a las brujas que hacían su aquelarre en el cerro. Ahí se veía cómo pasaban las bolas de fuego”.
Espinoza Pachango resaltó que todos estos relatos son parte de la cultura que hay en cada demarcación del Estado de México, los cuales enriquecen a su patrimonio.
“Nosotros como mexicanos tenemos esa gran vastedad de leyendas y mitos que hay, que nos rodean en cada entidad, es rescatable para nosotros, como cronistas, también como sociedad, saber qué es lo que pasó, qué es lo que se cuenta de esas comunidades, de esos mitos y leyendas, para mantener el misticismo y el patrimonio cultural en esas leyendas”, finalizó.