La sirena sonó y con ello, la voz unísona de más de cuatro mil 500 mujeres que se dieron cita en Plaza Juárez, en Pachuca, para demandar justicia a la voz de “¡Alertaaaaa, alerta, alerta al que camina, la lucha feminista por América Latina!” y una a una se sumaron a este llamado por exigir lo que debería ser en una sociedad: respeto por los derechos humanos de las mujeres, igualdad de género, respeto por sus cuerpos, “respeto, respeto, respeto y que haya justicia”, expuso una de las participantes que no logró evitar sensibilizarse al ver que en cada minuto llegaban más mujeres, un récord histórico en una marcha 8M en la capital del estado de Hidalgo.
La Mercadita y el Mapa de la memoria fueron las actividades previas a esta marcha. En la primera, decenas de jóvenes ofrecieron artículos en venta, en la segunda, el contorno de un mapa de Hidalgo pintado sobre Plaza Juárez en donde con cruces pintadas de rosa se iba mencionando cada feminicidio sucedido en Hidalgo en 2021, y así, se coloreó de rosa este mapa, que fue acompañado por flores que colocaban niñas y niños, y en el que se pidió “justicia” por cada una de estas mujeres que fueron víctimas de feminicidio en el estado.
Precio por su cuerpo
Hortensia se colocó sobre una barda, junto a sus amigas, sus redes de apoyo. Al mirar el mapa de la memoria recordó la vez que en su lugar de origen, Mixquiahuala, un hombre ofreció un terreno a su familia para que ella se casara con él, “mi familia se interpuso, fueron meses de angustia porque le había puesto un precio, así que sufrí acoso hasta que ingresamos una denuncia, fue un momento de tensión, miedo y dolor”, expresa la joven de 23 años, quien migró a Pachuca para estudiar, “pero cuántas jóvenes en mi municipio no son intercambiadas por terrenos o vacas, como si fuéramos un objeto”, pensó, para proseguir a escribir en su cartel “Yo decido sobre mi cuerpo”.
Violencia obstétrica
Iris ayudó a colocar el tendedero de denuncias, en hojas de colores llamativos y mientras ayudaba a otras para hacer lo mismo, recordó ese momento, en 2020 “cuando un compañero de trabajo me drogó, me llevó a un lugar, me violó y desperté en la calle Abasolo sin saber dónde estaba. Después, me di cuenta que estaba embarazada, lo encaré, y tras recibir humillaciones decidí abortar con una doctora que me pidió 15 mil pesos, no sin antes decirme que eso me pasaba por puta”, recordó, antes de que las lágrimas rodaran por su rostro pintado con corazones morados y ser parte de esta marcha.
Abuso sexual
Mientras se iban colocando los contingentes que se enfilaron por la Avenida Juárez, desde las 17:15 horas, Dalia supo que su lucha, junto a las miles de mujeres que tenía a su alrededor, “es justa, porque ya no queremos más violencia”, expuso mientras recordaba el abuso sexual que sufrió por parte de su primo cuando ella tenía tan solo 13 años, “pero jamás me creyeron en la familia y ese coraje lo guardas y ahora se me hace irónico que defiendan más sus monumentos que la violencia que sufren miles de niñas en sus propios hogares”, dijo, mientras su voz se unió a la de las demás para gritar “¡Justicia!”, “por mí y por todas las que han sufrido un abuso”.
Sin justicia
La marcha empezó a andar por Avenida Juárez para dar vuelta por Avenida Madero, mientras que Alejandra recordó aquella vez que se presentó ante el Ministerio Público para denunciar un intento de abuso de quienes creía que eran sus amigos, “se fue al archivo mi denuncia pero, antes de ello, se tardaron un año y medio para buscar al culpable que hoy, sigue como si nada, mientras que uno sufre falta de autoestima, horas de terapia para saber que no, no había sido mi culpa”, suspiró, mientras el grito de “A ti que estas mirando también te están chingando”, y llegar así a la Avenida Revolución y seguir clamando justicia con pintas, con gritos, con saltos y pancartas en mano.
Violencia en pareja
Laura rompió los cristales de la estación del Tuzobús Niños Héroes. Tomó el mazo con fuerza y supo que el dolor de los golpes que le propinaba su pareja hace años atrás, aún estaban dentro. Recordó su cara ensangrentada y el dolor de su pequeño cuerpo, así que dio un golpe fuerte mientras las demás mujeres cubrían el acto, “porque ellos nos dejan peor, ellos nos matan, nos violentan, nos destruyen y nadie nos cree, nadie hace nada, y nos hacen sentir culpables, así que se sigan indignando por sus cristales rotos, mientras miles de mujeres siguen padeciendo esta situación hasta que las matan”, se decía a ella misma, la marcha avanzaba por Mariano Matamoros hacia el Reloj Monumental.
Agresores sueltos
Georgina también acudió este martes a la Marcha 8M. En su caso asistió y supo que su voz unida a las demás, sería un acto de empatía, “porque es imposible que no se dé seguimiento a las carpetas de investigación de los abusos que sufrimos, que nuestros agresores siguen libres y sí, yo hace tres años denuncié a mi agresor, nunca se presentaron cargos contra él, y él sigue en las calles. Me uno por esa empatía porque sé que muchas padecen lo mismo que yo”, dijo, mientras el contingente entraba a Plaza Independencia. ¡Despertó del recuerdo cuando escuchó el golpeteo de las vallas de madera que protegen al Reloj Monumental, pero nada impidió que entraran y fuera un acto de victoria para las participantes que gritaron en una sola voz “Fuimos todas!
Feminicidios
Olivia gritó fuerte ¡” justicia!” mientras la marcha seguía su rumbo por avenida Guerrero, en donde locatarios cerraban las cortinas de sus negocios por miedo a que las activistas participaran en actos vandálicos, situación que nunca ha sucedido en las marchas, “pero cuidan sus negocios, así como la misma policía que, junto al sistema patriarcal no hace nada por detener los 10 feminicidios que ocurren día a día en México. No somos un sector privilegiado en ningún lado, todas pasamos por lo mismo, en la sierra, en el campo o en la ciudad. La violencia es pareja para todas y esto ya no debe de suceder”, se dijo así misma, mientras el río de participantes recorría la avenida hasta llegar a Plaza Juárez.
Ahí, la tarde cayó, pero no el deseo de ese grupo de mujeres que se reunió a las afueras del Palacio de Gobierno en donde pintaron sus consignas, pidieron justicia y supieron que “juntas lograremos más, juntas nos escucharán”, y así entre abrazos y sonrisas, recuerdos ante la injusticia “prometemos siempre luchar porque la justicia y la equidad sea un derecho para todas las mujeres de Hidalgo y del país”.