“Entré aquí en 1977, un primero de noviembre a Noticieros de AW, que pasaban cada hora en AM, y cortos en televisión, uno a las 5 de la tarde que se llamaba Agua Mineral La Fuente presenta a la gran compañera María Julia Lafuente, desde ahí soy su compañera para todo. Y luego teníamos otros: La noticia en concreto, a las 8 de la noche y a las 10, fue a la par en los dos medios, radio y televisión”, comenta María Julia Lafuente, quien llega a los 45 años de actividad periodística.
A María Julia
Con ella no hay sorpresas. Dice lo que piensa y hace lo que siente. Su vitalidad, su carácter y su sentido del humor le han ido sumando a lo largo de los últimos 45 años toda una legión de admiradores. Entre saludos, noticias y uno que otro chascarrillo acompaña a decenas de miles de televidentes de lunes a viernes de las 12 del mediodía a las 3 de la tarde.
Me une a María Julia una amistad fortalecida al paso de los años: el barrio de La Alameda-Modesto Arreola y Álvarez-, su paso como compañero de mi hermano Enrique Serafín, en la carrera de Ciencias de la Comunicación, en la UANL; amigos y compañeros mutuos, y sobre todo su lealtad y franqueza.
Algo curioso, después de ser su compañero durante 45 años, nos seguimos hablando de usted.
¡Felicidades y muchos años más a María Julia, “la señorita grande” de las noticias, y a su esposo, mi amigo Daniel Peña, quien siempre le ha dado todo su apoyo.
Así le escribió el licenciado Jorge Villegas a María Julia en el prólogo del libro Reflexiones:
“María Julia Lafuente es un personaje de la televisión regional del norte de México. Frente a las cámaras le basta con un guiño, con una sonrisa para que el público, su público, reaccione cálidamente, llame al canal, le platique de sus cumpleaños, de su niña enferma o de su abuelita que es fan del noticiero. (...) detrás de la fachada alegre del personaje de televisión, eso sí, hay una mujer que siempre se ha esmerado en cultivar sus inquietudes espirituales. María Julia es religiosa militante, de cursillo y ejercicios, respetada en las parroquias y por los religiosos”.
Contemporáneo de la generación de María Julia, nuestro compañero José de la Luz, así la recuerda y la describe: “Inquieta, dinámica, perseverante. Con gran interés de aprender rápido para iniciar un trabajo formal lo más pronto posible, así en aquella Generación Alba de los primeros egresados de la carrera de Comunicación de la UANL.
“Cumplía con sus obligaciones académicas, era puntual, pero siempre se destacó por su carisma de hacer amistades y relacionarse con sus compañeros de todos los semestres de las diferentes carreras”.
Para muchos era desconocido, pero en aquella María Julia que irradiaba alegría y belleza estaba la prioridad de estudiar, pero también de trabajar, porque había que contribuir con la economía del hogar, donde la mamá, doña Emmita, era el único pilar anímico, económico y espiritual.
Don Francisco A. González, quien es un gran conocedor de talentos, inmediatamente la atrajo a la Organización Estrellas de Oro, en donde debutó el martes 1 de noviembre de 1977, hace 45 años.
Casi al terminar de escribir y transcribir estas líneas para María Julia, empiezo a recordar la reunión que tuvimos el 11 de noviembre del año 2015, quienes participamos en esta página del Archivo de un Reportero.
Ese día, María Julia, José de la Luz, Joel Sampayo y su servidor visitamos en su lecho de enfermo al maestro Jorge Villegas Núñez, quien falleció un mes después, el 12 de diciembre de 2015.
Cito de nuevo al maestro Villegas: “A María Julia la conocí cuando aún era estudiante. En la biblioteca de mi casa investigó su tesis profesional y por años fuimos compañeros en las Estrellas de Oro, que ahora son Multimedios. Viéndola en ese largo trayecto de su vida personal y profesional no nos sorprende su apogeo actual en los medios, en la sociedad. Recibe frecuentes reconocimientos y preseas, se reconoce en ella a una mujer de éxito e influencia”. Jorge Villegas, Libro Reflexiones, 1 de marzo de 2005.