Nayeli Flores una escaramuza muy hidalguense

Nayeli Flores es oriunda de Tulancingo y desde los ocho años su pasión ha sido montar y ser parte del equipo de Escaramuzas de Pachuca

Nayeli Flores integra el equipo Escaramuzas de Pachuca (Elizabeth Hernández)
Elizabeth Hernández
Pachuca; Hidalgo /

Nayeli Flores sonrió durante todo el trayecto que duró la cabalgata de este miércoles, Día del Charro, saludó a todas aquellas personas que salieron a las calles a compartir este desfile tradicional en el que participaron 200 charros y 40 escaramuzas del equipo escaramuzas de Pachuca, del cual forma parte.

Ella es originaria y reside en Tulancingo, pero dos veces por semana acude a Pachuca para practicar, “porque este es un deporte que requiere disciplina”, asegura.

Pana es el nombre del caballo que monta desde hace un año y, pese a que no es su propietaria, ha sido su acompañante dentro de las actividades que realiza dentro del equipo de Escaramuzas de Pachuca.

Sin embargo, su pasión la inició cuando tenía ocho años, debido a que su padre era charro y practicaba el deporte, “y una vez me llevó a una charreada y vi a las escaramuzas y supe desde ese momento que quería ser una de ella, me gustó y pues desde chiquita supe montar porque mi familia es de un rancho, así que desde pequeña me han gustado los caballos”, asegura.

Este miércoles portó un vestido de Adelita en color azul con bordados de Tenango, su sombrero de charro, y una sonrisa con la que abrazó a Pana, su compañero con el que ha vivido un sin fin de aventuras.

“Hemos vivido de todo, desde choques. Hace un año, precisamente en el Día del Charro, tuvimos una actuación juntos, pero Pana no sabía nada, era algo nuevo para él y en un ejercicio, se aventó contra otro caballo y ambos salimos lastimados, pero de ahí, él ha aprendido mucho y nos llevamos bien”, indica la joven.

Asegura que ser parte del mundo de los charros no es cualquier cosa, “se debe ser disciplinado, a veces practicamos desde las 04:00 o 05:00 de la mañana o ya en la noche, así que no es cierto que los charros son borrachos, como a veces suelen pensar o se dice, porque se requiere de mucha disciplina.

“Yo practico dos veces por semana, de dos a tres horas y si tenemos un torneo muy fuerte, practicamos un día más”, expresa Nayeli, quien es veterinaria y trabaja en los Servicios de Salud del estado.

Ahora, se prepara junto a Pana con quien se irá a participar en el primer torneo nacional de Escaramuzas, en octubre, en Zacatecas, “por lo que ambos trabajamos arduamente para que podamos mostrar el trabajo que se hace aquí, en Hidalgo”, concluyó.

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