José Funes Ramos es originario de Puebla, pero tiene al menos 20 radicando en el estado de Morelos, en Cuernavaca para ser exactos y estaba en un bazar dentro de una de las plazas comerciales de mayor empuje en la Ciudad de la Eterna Primavera. Son tres pisos llenos de comercios de todo tipo, así como lugares para la recreación y el solaz esparcimiento para personas de todas las edades.
En la planta baja del lugar, decenas de emprendedores ofrecen a los visitantes toda una variedad de productos que van desde aquellos para el cuidado de la piel hasta jabones naturistas pasando por artículos de piel, insumos para la creación artística, repostería nacional e internacional, juguetes elaborados a mano, esencias artesanales y más.
José tiene familiares en Hidalgo y ellos le pasaron la receta y claves para preparar los tradicionales pastes, el alimento icónico en la zona centro del estado y, en especial, de municipios como Pachuca y Mineral del Monte, que forman parte de la llamada comarca minera. Los estaba vendiendo en el bazar.
La historia
En la ciudad hay otros sitios para degustar pastes hidalguenses, pero José es el único que los ofrece en bazares, exposiciones y sedes similares ya que no cuenta con un punto de venta específico.
Ello es una gran oportunidad para el desarrollo de su negocio, pues al no estar anclado en un sitio particular, puede moverse en varios puntos todo el tiempo. Al menos dos veces al mes participa en bazares y a ello se suman los pedidos que sus clientes le hacen cada tanto para ellos y sus familias o visitantes.
José acepta la entrevista, pero se niega a ser parte de las gráficas.
Hace poco más de seis años, sus familiares en Hidalgo le compartieron la receta de los pastes tradicionales, los de papa con carne y los de frijoles con chorizo.
Empezó a prepararlos para consumo personal y de su familia, hoy compuesta por sus cuatro hijos y su esposa, hasta que un día se decidió a probar suerte y prepararlos para su venta. Pasaron algunos meses experimentando con sabores y texturas pero fue hasta que estuvo completamente satisfecho con el resultado que empezó a ofrecerlos a vecinos y conocidos.
Hace seis años de ello. “Al principio no me quedaban como quería, con el hojaldre adecuado y el mejor sabor, pero a fuerza de experimentar por fin se logró el punto correcto”.
Un buen negocio
La venta de pastes ha representado una buena oportunidad para José y su familia, en especial luego de haber adquirido el horno para prepararlos en casa.
Durante los meses de confinamiento por la pandemia, por ejemplo, lograron salir adelante gracias a que los ofrecían y vendían a través de pedidos.
Para poder vender en estos bazares y exposiciones, debe empezar a prepararse hasta con dos días de antelación, porque llega a producir entre 400 y 500 solo para un día de venta y, por fortuna, casi siempre se vende la producción completa.
En el bazar tenía una promoción de cuatro pastes por 100 pesos, aunque su costo unitario normal es de 30 pesos. Además de los tradicionales, ofrece de carne al pastor, mole rojo, mole verde y hawaianos; también fresa con queso, manzana, piña con queso, chocolate y zarzamora con queso, este último es el de mayor demanda y éxito.