Debido a que, a partir del 1 de febrero las empresas harineras han anunciado que aumentará el precio de la harina de maíz, es que los productores de tortillas tendrán que ajustar los costos de los insumos que se han elevado por la inflación, así como por el aumento del precio del gas y prestaciones que deben pagar a sus trabajadores por lo que, para subsanar estos aumentos, tendrán que realizar un ajuste del 18 por ciento al precio final del precio de la tortilla.
Lo anterior lo informó Martín Martínez Destunis, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortilla en Hidalgo, señaló que los integrantes del gremio están preocupados por los incrementos que se están dando desde inicios de este 2022, por lo que será “irremediable” que tengan que incrementar el precio de la tortilla para poder solventar estos incrementos que se están dando en el proceso de producción de la misma.
“Estamos preocupados porque las empresas harineras acaban de anunciar que, a partir del 1 de febrero se incrementa el precio de harina de maíz en todas las marcas y eso para nosotros va a representar, junto con los aumentos que hemos tenido en el año como el del gas, el aumento salarial, del Seguro Social, de los impuestos, nos lleva otra vez a estar en una situación vulnerable.Muy difícilmente se sostendrá el precio del kilo de la tortilla, pero tengo la certeza que de forma natural todos los productores tendrán que ir ajustando el impacto de estos aumentos en el precio de la tortilla, se tendrá que ver reflejado por fuerza”, indicó.
Explicó que dentro de la industria harinera existen diferentes tipos de harina y también calidades, por lo que no hay un solo precio, “porque hay una gama que va desde la harina para hacer tostadas, hay blanca, amarilla, con conservadores, blanqueadores, o con suavizantes, pero todas subirán de precio.
“Por decirlo así, la harina básica para hacer tortillas es de 13 mil 380 y ahora costará 14 mil 380, por lo que, para recuperar, no para que ganemos, necesitamos un 18 por ciento sobre el precio, para subsanar estos aumentos”, explicó Martínez Destunis.
Refirió que esta situación está provocando que las tortillerías estén siendo vendidas o traspasadas, porque aún hay la idea de que ser propietario de una es “buen negocio”, pero aseguró que, quien no conoce la situación del sector en este momento, no sabe de cómo se está viviendo, por lo que está lejos de esta idea empresarial.
“Desde mi abuela tenemos tortillerías, pero administrando un negocio de mi propiedad es desde hace 37 años, desde los 18 años empecé, y en ese tiempo, ha habido momento excelente, buenos, malos y regulares, pero nunca como estos dos años, son los peores dos años que ha tenido la industria en su historia reciente, por lo que es falso que ahora sea considerado un buen negocio”, concluyó.