De niño, Arturo Copca fue etiquetado como “niño problema”, así que no permanecía fijo en ninguna escuela por mucho tiempo, por lo que su madre y padre tenían que cambiarlo de forma frecuente y su vida infantil era un caos, hasta que un día, caminando, escuchó la pieza “Vals Venezolano No. 2” en guitarra y lo atrapó.
“Yo quiero tocar la guitarra”, se puso como meta Arturo y le pidió clases a aquel maestro que las ofrecía por un costo de 50 pesos, “pero tenía que llevar mi propia guitarra y pues no, de principio mis padres no me la querían comprar e insistí, hasta que lo logré”, desde ahí su vida cambió porque su ímpetu y energía se volcaron hacia la música y supo que la música cambiaría su vida y la de muchas personas.
Tiempo después conoció el violonchelo y se fue a estudiar a Guadalajara y a Colima, “pero regresé y me titulé en Hidalgo, en la Escuela de Artes y “después conocí a Paco Mayoral, actual presidente de Huasca, conectamos muy bien con las ideas y pues de él nació la idea de armar una orquesta infantil”, detalló.
Fue así como visitaron a Santiago Creel, actual presidente de la Cámara de Diputados, “en aquel entonces nos apoyó con los instrumentos y con la lana que no dio, logramos comprar todos los instrumentos y armamos la convocatoria y llegaron muchos niñas y niños, supe que muchos de esos niños también los etiquetaron como problemáticos y que la música los cambiaría”.
Actualmente, el Sistema Nacional de Fomento Musical apoya al Semillero Creativo Voces y Sonidos Mágicos de Huasca, proyecto que se hizo realidad hace seis años con la suma de todos los esfuerzos de muchas personas, recurso con lo que se les puede pagar a las y los profesores de música para enseñarles a las y los niños a tocar cada instrumento.
Después de pandemia, que fue una situación que frenó el aprendizaje de las y los niños, no así su entusiasmo por seguir aprendiendo, Arturo continúa con los ensayos los jueves y viernes introduciendo a cada uno de ellos al mundo musical.
“Actualmente, la orquesta la conforman 40 niñas y niños, y el coro son 20 y ya nos apoya Fomento Musical con los recursos y nos apoyó Santiago Creel, quien nos abrió las puertas y sabemos que le tiene mucho amor a la orquesta, al proyecto de Huasca y al final del día nos ha comentado que quiere dejar algo.
“Cabe señalar que las niñas y niños que forman parte de la orquesta no solo son de Huasca, también vienen de Acatlán, de Atotonilco el Grande, de Omitlán lo que refleja que hay interés por aprender por lo que se trasladan a Huasca y quiere decir que hay mucho interés”, refirió Arturo.