La taquería “El Güero” es un exitoso ejemplo de emprendimiento familiar. Empezaron hace 18 años con un pequeño puesto en la gasolinera de Quinta Bonita y con apenas una semana de haber iniciado con la venta de tacos de guisado, decidieron contratar a una persona para que hiciera las tortillas en el lugar y ofrecerlas a sus clientes recién saliditas del comal, quizá por eso fueron bien aceptados desde el inicio.
Era un carrito pequeño, una carpa, sin mesas.
Desde entonces están en el gusto de la gente.
Hidalgo, tierra de oportunidades
Fernando Escalante Sánchez tiene hoy 56 años y es la cabeza de este emprendimiento familiar, donde también trabajan sus padres, su hermano, su esposa, sus hijos y su cuñada.
Recuerda que siempre han tenido apoyo de las autoridades indistintamente del gobierno que haya sido.
“No nos molesta nadie, dan la oportunidad de trabajar y promueven que la gente trabaje, Hidalgo es una tierra de oportunidades y aquí el que trabaja le va bien”.
En su negocio han comido políticos, como los ex gobernadores Francisco Olvera, Miguel Ángel Osorio y Omar Fayad, así como presidentes municipales; también legisladoras federales como Carolina Viggiano, Margarita Zavala y Montserrat Hernández. Incluso deportistas reconocidos les han visitado, entre ellos Andrés Chitiva, “La Chofi” López, Luis “El chapito” Montes y, uno de sus clientes más asiduos, Óscar “El Conejo” Pérez.
Tacos “El Güero” cuenta con una sucursal a un costado de la plaza comercial La Valentina, allá por Gran Patio, que abrieron hace seis años y donde también han tenido muy buena respuesta por parte de los comensales y no puede ser de otra forma, pues todo lo guisan en cacerolas muy grandes en el centro de distribución, donde dividen en partes iguales para la sucursal y la matriz, allá en avenida San Marco 101, en Quinta Bonita.
Las razones del éxito
Fernando atribuye el éxito de tacos “El Güero” a muchas cosas, empezando por el hecho de que se trata de un negocio familiar, pero también cuenta el que ocupan productos de calidad y siempre se han preocupado porque “desde hace 18 años a la fecha, sea lo más similar posible a lo que empezamos”.
Además, es claro que otro de los factores a tomar en cuenta es la atención a la gente, la rapidez en el servicio, la limpieza de las instalaciones y, por supuesto, el favor del cliente.
La especialidad del negocio, son los chiles rellenos “son nuestro caballito de batalla porque son de los que más vendemos, y la milanesa, que es un producto que se vende bastante bien, pero hay muchos, por ejemplo huevo con chile, manitas de cerdo en salsa verde, chicharrón con nopales, arroz con huevo y arrachera, entre otros. También ofrecen huaraches y gorditas.
El arte de emprender
Emprender, dice Fernando, es difícil.
“Mucha gente no ve todo lo que hay detrás de un negocio, son muchas horas de trabajo. Por ejemplo en nuestro negocio nuestro horario de trabajo inicia a las 4:30 de la mañana para que a las 7:30 cuando llegue el primer cliente ya esté todo listo; luego terminamos a la 1 y media o 2 de la tarde de vender, pero ahí no termina el trabajo porque hay que preparar lo del día siguiente y a veces terminamos a las 7 u 8 de la noche”.
“El ramo de la comida es pesado, pero debe ser apasionante para la gente que se involucre en él y ese es un consejo que yo le doy a la gente, que se enfoque en lo que sea su pasión porque muchas veces queremos emprender un negocio al que no le sabemos y al que en determinado momento decimos híjole, porque le va bien a él voy a emprender un negocio de comida y a veces no sabemos ni guisar. Yo por ejemplo, quiero decirle que desde los 8 años guiso e incluso desde los 8 o 10 años guisaba pollitos en salsa verde, huevos revueltos.
“Siempre me ha gustado, por eso digo que es una pasión: yo sé hacer tortillas de comal, yo soy de los que guiso, siempre me ha apasionado la cocina”.
Entre las anécdotas más difíciles en estos 18 años de servicio, recuerda que una vez a uno de sus clientes le dio un infarto en pleno restaurante, pero afortunadamente lo sacaron adelante y vive “incluso sigue viniendo con nosotros, como que no escarmentó y sigue entrándole a los taquitos”.
Para que se dé usted una idea de la cantidad de alimento que preparan cada día, baste mencionar que cada día usan alrededor de 120 kilos de masa para hacer tortillas y unos 80 kilos de carne.
Enfrentar la pandemia
Durante la emergencia sanitaria, tacos “El Güero” tuvo que suspender actividades durante tres meses y fueron momentos muy difíciles. De hecho, Fernando considera que siguen en proceso de recuperación y eso ha sido gracias a la preferencia de sus clientes y al compromiso de las personas que trabajan con ellos.
“Seguimos resintiendo los estragos pero este es un negocio noble y vamos con la fe en alto, muy agarrados de la mano de Dios, pero también echándole ganas. Nuestros empleados se la han rifado con nosotros y todos padecimos, les decíamos que una semana les íbamos a pagar tanto y en otras tanto. Cerramos tres meses pero llegamos a acuerdos con nuestros empleados y todos siguen, no hubo necesidad de despedir a nadie”.
Pasos gigantes pero bien seguros
En tacos “El Güero” trabajan 18 personas, quienes garantizan la operatividad del negocio, la atención al cliente y el buen desarrollo de las actividades. Por supuesto tienen intenciones de seguir creciendo y contar con otras sucursales en la zona metropolitana de Pachuca, pero no hay prisa.
“Siempre hay empezar primero a caminar antes de querer volar. Si no tenemos a veces bien controlado este (negocio) con la situación de la gente porque a veces se sale un poquito de control por la cantidad de personas que nos visitan; mejor ordenamos primero bien lo que tenemos y después pensamos en abrir más, pero sí tenemos planes de expansión”.