Cada año múltiples ciclones tropicales se generan frente a las costas de México con afectaciones que pueden representar riesgos para la población en menor o mayor medida, según las características de cada uno. Por ello, es necesario implementar medidas preventivas que ayuden a mitigar cualquier peligro.
Sólo en 2022, la temporada de huracanes registró 36 sistemas (19 en el océano Pacífico y 17 en el Atlántico), de los cuales en su mayoría fueron tormentas y huracanes categoría 1 o 2. No obstante, en este lapso hubo pérdida de vidas humanas tras el adentramiento en tierra de uno de ellos: Agatha en Oaxaca.
Una situación parecida se pronostica para este 2023 en cuanto a cantidad de ciclones. Las autoridades han hecho un llamado a los ciudadanos a mantenerse informados y realizar las acciones pertinentes ante este tipo de fenómenos y sus consecuencias (intensas lluvias, inundaciones o deslaves, por ejemplo).
El SIAT-CT y otras acciones preventivas
Ubicado entre dos regiones ciclogenéticas, zonas propensas a la formación de tormentas y huracanes, el gobierno de México ha elaborado un Sistema de Alerta Temprana para Ciclones Tropicales (SIAT-CT) que funciona como la herramienta para recolectar información al respecto y así poder advertir peligros y riesgos.
Los indicadores que integran al SIAT-CT dan cuenta de la intensidad del ciclón en cuanto a la escala Saffir-Simpson y a la escala de Circulación; la velocidad de traslación; la distancia del sistema en relación con las costas nacionales o áreas afectables, ya sea que se acerque o que se aleje; y el tiempo estimado de la llegada a tierra (según el caso).
Además, son tres los principales elementos que se toman en cuenta debido a su potencial de afectación: viento, lluvia y oleaje. Los detalles del sistema, así como el monitoreo en tiempo real se encuentran disponibles en el sitio web preparados.gob.mx, donde también se puede consultar información de otros fenómenos naturales, tales como sismos o actividad volcánica.
La alerta se encuentra divida en cinco y son marcadas con colores distintos que indican el nivel de peligro, de mayor a menor: roja (resguardo total), naranja, (evacuación de zonas de riesgo), amarilla (evaluar y preparar acciones), verde (coordinación y comunicación) y azul (monitoreo).
Recomendaciones ante la evolución de un huracán
Aunque las sugerencias e indicaciones son válidas para la navegación marítima y aérea, medios de comunicación y unidades estatales de protección civil, el principal sector al que están dirigidas es la población civil residente en las posibles áreas afectadas. Así, las recomendaciones son las siguientes:
Por lluvias e inundaciones: se pide evitar transitar por brechas y caminos con baja visibilidad, terreno resbaladizo, con corrientes de agua o que ya se encuentren inundados; no acercarse a postes o cables de electricidad y naturalmente, no cruzar ríos, arroyos ni vados.
En caso de viajar en vehículo, se recomienda extremar precauciones al recorrer carreteras, especialmente en zonas de sierra o costa; posterior a las precipitaciones, no tomar líquidos o alimentos que estuvieron en contacto con aguas contaminadas, así como evitar estancamientos de agua.
Por vientos fuertes: estando en un domicilio, evitar ubicarse cerca de ventanas que se encuentren enfrentadas a la dirección de donde sopla el viento; estar atentos a construcciones y materiales endebles; y extremar precauciones si se está en la calle.
Por oleaje elevado: a la navegación se pide extremar precauciones o suspender actividades turísticas, recreativas o comerciales en el mar o las playas, según sea el caso; y atender las indicaciones de las autoridades marítimas y portuarias.
LAFC