La canción de “La Llorona” se escucha a lo lejos, el bullicio de la gente también se empieza a hacer presente desde temprana hora y llegan con ramos de flores, palmas, nube, crisantemos y algunos artículos para limpiar y decorar las tumbas y nichos donde descansan sus familiares que han partido al otro mundo, el del descanso.
En una pequeña capilla se encuentra Yessica, quien limpia con cuidado cada objeto religioso, así como ventanas y artículos, como juguetes, que conforman este pequeño espacio, donde se encuentran las fotos y cuadros pintados de las personas que descansan en el lugar.
Por más de una década, el padre de Yessica, Ernesto Joaquín, se ha dedicado a limpiar las capillas durante todo el año, para evitar que se deteriore; servicio que pagan familiares que no pueden acudir por cuestiones de distancia, “ya que muchos viven en Estados Unidos y no pueden venir tan seguido, pero nos pagan para que hagamos el trabajo”, indica Yessica, quien se ha sumado a apoyar a su padre.
Asegura que no le da miedo trabajar en un cementerio, “te acostumbras a todo”, porque sí ha vivido experiencias que provocaría que otras personas salieran huyendo, “porque sí me ha tocado que se muevan algunos objetos o flores artificiales, o una vez escuché gritos en una cropta, pero me asomé y no había nadie, porque sí creo en las energías y un cementerio seguro tiene muchas”, expone con una sonrisa.
“Tenemos qu elimpiar todo, cambiar los jarrones para poner flores, podar jardines y regar las plantitas, la limpieza general, así como de las criptas.
“Ya tengo diez años cuidando y dándole mantenimiento a estos lugares, le ayudo a mi papá. La persona que nos contrata nos paga por mes, hay muchos que sí vienen de forma constante para dejarles flores, pero hay otros que no pueden venir tan seguido como los que viven en Ciudad de México, así como en Estados Unidos, por lo que nos contratan”, dice.
Su trabajo consiste en acudir cada tercer día para limpiar las 25 capillas que tiene a su cargo, siendo su papá el que más se dedica a realizar este trabajo y pese a que de principio sí se asustaba por lo que se siente trabajar en un cementerio, “me fui acostumbrando y pues ya cuando uno escucha algo, pues mejor no hace caso y se sigue trabajando, ya lo veo normal”, expone.
Informa que pueden contratar los servicios que realizan preguntando en las oficinas del panteón o al 7717615993, “y esperamos tener más trabajo, porque es tranquilo y nadie te está precionando”, concluyó.