Alejandro Ruiz, el mexiquense que llegó a la NASA y alcanzó a Tesla

Orgullo mexicano

Oriundo de El Oro y radicado en Zinacantepec, Alejandro no solo llegó al cielo, pues también alcanzó el espacio y colaboró para garantizar la seguridad en trajes espaciales de la NASA.

Es experto en espectrómetros de masa, instrumentos utilizados para detectar fugas y filtraciones a niveles microscópicos. | Iván Carmona
Mario C. Rodríguez
Toluca /

El ingenio mexicano rompe con los límites y es que el trabajo realizado por Alejandro Ruiz Mandujano no solo llegó al cielo, sino que alcanzó el espacio. El experto en espectrómetros de masa, instrumentos utilizados para detectar fugas y filtraciones a niveles microscópicos, colaboró para garantizar la seguridad en trajes espaciales de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), apoyó en el diseño de mangueras de vehículos TESLA y hasta en una misión aeroespacial que será llevada a cabo en 2025.

El ingeniero originario de El Oro, Estado de México, explicó que el acercamiento que tuvo con una de las organizaciones más importantes y reconocidas a nivel mundial en materia espacial fue de joven, cuando realizaron un recorrido por su municipio. Si bien no le fue permitido sumarse en ese momento, sería décadas después que la oportunidad le sería dada en una especie de pacto con el destino.

Con un espectómetro de masa se puede verificar la hermeticidad que tienen los objetos y básicamente evitar filtraciones, ya que hay dispositivos que por su naturaleza no pueden permitir la entrada o salida de agentes extraños que comprometan el funcionamiento y la seguridad de quienes los operan, como fue el caso de un traje espacial en el que colaboró con sus conocimientos.

“Uno de los proyectos en los que yo trabajé directamente que tiene que ver con pruebas aeroespaciales, fue precisamente en encontrar la manera de lograr una hermeticidad completa en los trajes de los astronautas, para ese entonces se utilizaba un equipo denominado MS40... desarrollamos un cuarto espacial para hacer esas pruebas y poder garantizar la hermeticidad de esos productos”.

Expresó que este tipo de análisis son fundamentales para elevar el margen de maniobra de los tripulantes, ya que con la tecnología anterior les era más complicado, en especial cuando tienen que hacer operaciones al exterior.

“Si ustedes ven los trajes que utilizaban en el pasado a los que están ahorita más pegados al cuerpo -que no requieren de una atmósfera mayor del mismo astronauta- permiten mejor movilidad en la estaciones espaciales, eso es lo que nos ayuda a garantizar esa hermeticidad sin tener una atmósfera interna, ya con eso podemos tener mejorías para que las personas encargadas de vestir los trajes se sientan de mejor manera y sobre todo tengan una seguridad plena cuando salgan al espacio”.

Su trabajo básicamente consistió en medir la hermeticidad a un nivel que impidiera el paso de rayos cósmicos que pueden ser dañinos para el hombre, una contribución que dice es pequeña en relación a todo lo que conlleva un viaje tripulado, pero mayúscula en el beneficio científico que se deja a la humanidad.

“Para mí es un orgullo, un orgullo para mi familia porque saben que aunque haya sido pequeña mi participación estamos ahí presentes, se queda el nombre de nosotros ahí como tal, para que ellos tengan una ambición mayor y puedan contribuir con conocimiento en el futuro para beneficio de la humanidad”.


Una trayectoria que supera los 25 años

La carrera de Alejandro Ruiz comenzó en el norte del país como ingeniero, posteriormente fue llevado a Estados Unidos a una capacitación y así fue creciendo hasta consolidarse entre la comunidad.

“Tengo más de 25 años en el ramo, comencé como ingeniero de servicio instalando alrededor del mundo y en aquel entonces era muy poca la competencia, en realidad ya hay muchas empresas que integran y creen conocer el proceso de detección de fugas, pero es toda una ciencia”.

Él ve en su profesión múltiples aplicaciones que van desde lo alimenticio, hasta lo aeronáutico, atravesando por lo médico y lo automovilístico. Sobre este último ramo, comentó que la empresa TESLA del físico y del magnate multimillonario Elon Musk, requirió de sus servicios para el desarrollo de un sistema de enfriamiento de baterías, elemento fundamental para el tipo de productos que ofrecen.

“En toda esa trayectoria he participado en proyectos por ejemplo, ahorita los nuevos carros Tesla para probar las mangueras que enfrían las baterías de litio, porque muchos dicen, ¿por qué un carro es más caro que otro?, pues bueno, dependemos de las capacidades de energía que suministra cada batería de litio, pero aun así requieren enfriamiento y yo desarrollé con mi equipo de trabajo las mangueras que van a enfriar esta celda para carros de alto alcance”.

También es una de las mentes detrás de pruebas de semiconductores y microchips, además de que puede sumar a su experiencia la conservación del que podría ser considerado uno de los documentos más importantes de Estados Unidos.

“Otro que me llena mucho de orgullo, aunque no soy estadounidense, logramos mantener el acta firmada de la constitución de los Estados Unidos en alto vacío, que está expuesta en Washington y fue probada con un equipo de MS40”.

Pisar la luna, un sueño

El más grande sueño de este mexiquense es pisar la luna por su propio pie y aunque considera que es inalcanzable a sus 52 años, esa voluntad será heredada a sus hijos y nietos. No obstante, su contribución forma parte de las obras que pronto llegarán a la estratósfera y más allá.

“El más grande es el haber probado las naves que van a ir en 2025 al espacio -que no tiene nada que ver con los que han visto hasta ahorita- son extraordinarias, con diseño aerodinámico, muy diferentes, con mayor precisión y me tocó participar, aunque muy poco, pero dentro de esas naves que son espectaculares”.

Se trata de un proyecto clasificado que advirtió será algo totalmente revolucionario en lo que refiere a tecnología.  “Cuando la vean se van a acordar porque es una nave que parece de ensueño, de esas que han visto en ciencia ficción, es una maravilla”, comentó.

Su realidad no está vinculada a la ciencia y el desarrollo, sino también en el gusto que tiene por las motocicletas, las cuales rueda desde hace cinco años y emplea para despejarse. Hoy representa en América Latina a una empresa sueca y lo que más desea es que haya oportunidades para los jóvenes mexicanos, para que pronto ellos puedan ocupar más espacios y que el ingenio no pare.

Hay muchos talentos, pero desafortunadamente la falta de oportunidades hace que esos talentos se mueran con todas sus ideas y todo lo que traen en la cabeza... Hay muchos niños ahorita en su proceso de formación académica, yo lo único que les diría es que vean más allá de lo que estamos acostumbrados a ver, sean competitivos”.


KVS

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