La iniciativa First (For Inspiration and Recognition of Science and Technology), cumple 20 años de iniciar su trabajo en México para inspirar a los estudiantes a desarrollar diversas habilidades en su vida, particularmente en las áreas de la ciencia y la tecnología.
Al frente se encuentra Bárbara Gómez de Navarro, directora regional de First en México, quien de visita en Torreón para el desarrollo de la competencia regional en La Laguna, reconoció que ha sido un camino de retos, pero destaca que también es una aventura donde el aprendizaje y la reflexión han sido la constante.
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¿Cómo ha evolucionado First a lo largo de 20 años?
Ha sido una gran aventura llena de muchos aprendizajes, reflexiones. Trajimos esta iniciativa por una inquietud que teníamos con nuestro hijo mayor que de pequeño odiaba la escuela. Teníamos un amigo que hacía First en Minnesota; lo metimos en el programa que tienen para niños de primaria, y le cambió la vida y de odiar la escuela y luego de seis semanas, regresó con un gusto por las Matemáticas y con un gusto por el aprendizaje, cambiando su vida.
Al ver este impacto, trajimos First a México en el 2003. Nos encantó la experiencia con los muchachos, el mentoreo con las empresas, la vinculación entre las escuelas, las empresas y los jóvenes. Puerta por puerta acudimos a escuelas como el Tec de Monterrey, CBTIS, entre otros, viendo quién se animaba a apoyarnos, creyendo en el proyecto. Luego a Alberto Bailléres, en el 2012 empieza Peñoles a participar, mentorear y patrocinar con equipos, siendo el 2017 se autorizó la primera competencia regional en La Laguna.
¿A qué reto se han enfrentado para arraigar la cultura de First?
De los retos más fuertes que tuvimos, fue el tema del voluntariado. Tristemente en México este concepto no está arraigado en nuestra cultura, pensamos que esta idea es ir una vez al año a realizar una labor social y esto va más allá. Nos encontramos con esa realidad, el voluntariado no es parte nuestra cultura y que las personas están más dispuestas a abrir su bolsillo que a dar su tiempo.
Todos los programas de First se operan con voluntarios. Yo me dedico a algo diferente, yo me dedico a la venta de material de curación como negocio familiar y First es mi pasión.
A lo largo de veinte años, le hemos dicho a las personas, no queremos tu dinero, queremos que se sumen al proyecto, nos regalen tu tiempo, experiencia y se apoye a un equipo. Si se le quiere dar dinero a un equipo, se le da directamente, por mi no pasa ni un quinto.
Esto ha generado mucha confianza en las empresas que como Peñoles nos han apoyado. Cuando la gente se involucra con un equipo, su evolución, cuando llegan al torneo, son otros, su evolución es importante. El concepto de voluntariado ha ido cambiando favorablemente.
¿Cómo vincular a las pequeñas y medianas empresas para que participen en First?
La convocatoria es abierta a todas y tenemos empresas de todos tamaños, va permeando porque los padres de familia que ve el impacto en su hijo, su hija, motiva a los empresarios a sumarse a esta iniciativa.
¿Qué hay con los muchachos que quizás no pertenecen a una escuela pero que tienen la inquietud de la robótica?
First está abierto a cualquier grupo, no tienes que estar en una escuela. Se pueden armar un equipo con los amigos de la cuadra, con los vecinos. Puede ser un equipo independiente, en la página web tenemos la información de recursos que se pueden aportar para los muchachos, los padres de familia y son gratuitos, tenemos algunos equipos que les llaman “de hogar”.
Es cuestión de contar con dos mentores adultos, comprometidos de llevar al equipo a buen término y guiarlos, no tienen que ser expertos en robótica. Este programa puede ser la diferencia entre los niños y jóvenes en México. La idea es que aprendan a ser autosustentables.
aarp