Estas ejecuciones y actos de venganza se produjeron después de un ataque coordinado de grupos leales al derrocado presidente sirio, Bashar al Asad.

“La esperanza es incurable”. El poeta Nouri al-Jarrah pasó más de cuatro décadas en el exilio hasta ver caer el régimen de al-Ásad.

No sólo disolvió al ejército, el parlamento y la constitución, las fuerzas armadas patrullan para controlar los barrios kurdos. Ahmed al Sharaa prefirió a los saudíes que a los turcos.

El enviado especial de Naciones Unidas se reunió con los insurgentes que derrocaron al gobierno, y mostró disposición para trabajar juntos.

También negó haber traicionado al ejército y al pueblo de Siria al dejar el poder el 8 de diciembre.

La familia Asad gobernó durante décadas con mano de hierro, pero en su vida privada se fotografiaban en ropa interior.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) busca llegar a 2,8 millones de desplazados en situación de inseguridad alimentaria.

El derrocado presidente sirio ordenó vía radio que los miembros del Ejército se quitaran el uniforme militar y vistieran de civiles para que pudieran volver a casa.

El presidente sirio fue derrocado tras un levantamiento armado que duró 12 días, por lo que fue acogido por el gobierno ruso, con el que tuvo buena relación.

Al Asad tenía un Ferrari F50, un Rolls Royce y un Lamborgini, sumando más de 40 vehículos de lujo que se encontraron en el garage cerca del palacio principal en Damasco.