La reducción interanual responde al retroceso de 6.2 por ciento de las actividades terciarias y de 3.1 por ciento de las secundarias, algo que el crecimiento del 7 por ciento de las primarias no pudo compensar.

El Sistema de Indicadores Cíclicos permite el seguimiento oportuno al comportamiento de la economía mexicana y compararla a nivel mundial.

Después del cierre de actividades en abril y mayo por el covid-19, el crecimiento fue menor con 1.1 por ciento en términos reales.

La tasa de desocupación fue de 5.1 por ciento en septiembre, como proporción de la PEA y de 5.2 por ciento en agosto de 2020.

Se trata de la mayor alza mensual de la que se tenga registro, impulsada por la “nueva normalidad”, luego de sufrir en abril y mayo las caídas más fuertes.

Se registraron caídas más moderadas que en abril en el IGAE, producción industrial, importaciones y empleo en las manufacturas.

En medio de la crisis por el coronavirus el indicador mostró la caída más grande de la que se tenga registro.

La baja, consecuencia del cierre de negocios por el coronavirus, es la mayor desde 1994, año en que inician los registros.

Tanto el Indicador coincidente como el adelantado registraron una mayor tendencia a la baja con relación al mes previo, informó Inegi.

Durante marzo se redujeron las actividades secundarias y terciarias, mientras que las primarias aumentaron 11.1 por ciento.