El Vaticano se hizo de la vista gorda ante las atrocidades de Marcial Maciel, quien abusó de incontables menores.

La congregación religiosa detalló que las víctimas fueron niños y adolescentes entre 11 y 16 años, y en 45 de las víctimas se avanzó en la reparación y conciliación.

Las víctimas acusaron al actual candidato a capitular de los Legionarios de Cristo, Eloy Bedia, de haber encubierto los abusos del sacerdote Fernando Martínez.

La congregación afirmó que en 1990 el padre Martínez abusó de una niña en la Ciudad de México; un año después Marcial Maciel lo nombró director de un colegio en Cancún.

Tras 18 años logró escapar de la organización de uno de los mayores depredadores sexuales del siglo XX; ahora cuenta su historia en la novela Blackbird.

¿Cómo fue que miles de jóvenes adoraron a Marcial Maciel hasta el final de sus días? Para entenderlo, es fundamental la lectura de Blackbird, de Elena Sada.

Más allá de las primeras impresiones del caso de Nxivm (un curso de coaching que salió mal) me temo que México tiende a convertirse en un espacio propicio para las sectas que aman a los ricos.

José Raúl González Lara reclamó la sentencia de un año tres meses y cinco días en la que un Tribunal del Edomex le impugna por pedir 26 millones de dólares a los Legionarios a cambio de no revelar que era hijo del padre Maciel.

José Raúl González Lara, quien se identificó públicamente como hijo del sacerdote pederasta, impugnó la sentencia de un año tres meses y cinco días que se le impuso por el delito de extorsión.