El grupo de antivacunas llevaba 23 días en las afueras del Parlamento de Wellington; se calcula que en el operativo hubo 36 arrestos.

Las autoridades registraron mil 160 nuevos contagios, la cifra más elevada desde el comienzo de la pandemia.

La nueva ley también compete a las victimas reclamar en los tribunales civiles una indemnización por haber sufrido algún cambio de generó inducido por algún psicólogo.

Esta técnica para disolver a los antivacunas han causado el enojo de la policía de Nueva Zelanda; parece haber fortalecido la determinación de los manifestantes de permanecer a las puertas del Parlamento.

Los arrestos comenzaron luego de que el presidente del Parlamento, Trevor Mallard ordenara el cierre del terreno donde se llevaba la marcha; no fueron detenidos de forma violenta.

La primer ministra de Nueva Zelanda, Jacinta Ardern, dijo que "las familias y amigos necesitan reencontrarse, los negocios necesitan talento para crecer, y los exportadores necesitan viajar"; los connacionales podrán regresar este mes.

El caso de Charlotte Bellis ha provocado un serio debate en su país de origen, el cual está viendo un aumento en las personas en cuarentena que ingresan al territorio.

Su epicentro fue localizado a 10 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino en el océano Pacífico.

"No soy distinta de otros miles de neozelandeses que han tenido impactos mucho más devastadores por la pandemia", afirmó.

El embajador de México en Nueva Zelanda, Alfredo Pérez Bravo, aseguró que ambos mexicanos tuvieron contacto con la embajada australiana en Tonga.