Algún tipo de fiebre del oro se vive en Tulum, Quintana Roo desde hace poco más de dos años. Ese destino al sureste de México es ahora el favorito de emprendedores y nuevos inversionistas en el rubro inmobiliario del sector turístico mexicano.
Algunos se están materializando no solo al acceder a los típicos financiamientos bancarios o apalancándose a las preventas entre familiares y amigos, sino también a la participación de plataformas digitales en internet.
Estas últimas han abierto la posibilidad a quienes ostentan un pequeño capital para ponerlo a trabajar en algo más que los instrumentos tradicionales para invertir, como los Cetes o los pagarés bancarios.
La tecnología abre el mercado
La digitalización de las operaciones financieras no solo genera la inclusión de millones de personas alrededor del mundo, sino que abre la posibilidad a gente que tenía altas barreras de entrada para participar de forma institucionalizada en el negocio inmobiliario, sobre todo en el relacionado con el sector turístico.
Un reporte del Banco Mundial señala que “las tecnologías y las plataformas digitales están alterando la manera en que el sector turístico opera de principio a fin”.
Las plataformas digitales ofrecen acceso global a los consumidores y permiten a los proveedores de servicios mejorar el desarrollo del sector turístico y sus estándares de competitividad.
Según el informe Tourism and the Sharing Economy, la tasa de crecimiento anual en el mundo de los servicios de hospedaje P2P (de persona a persona) se estima en 31% entre 2013 y 2025, una tasa seis veces mayor a la de los servicios de alojamiento y desayuno y los hostales tradicionales. Esto se ha logrado, en buena parte, gracias a las plataformas digitales, sobre todo a la más conocida de todas: Airbnb.
De todo un poco
Existe un paso previo a la renta de viviendas con servicios de hotelería: su construcción, y para esto, hay una herramienta denominada crowfunding inmobiliario. No se trata de comprar un proyecto de bienes raíces situado en un destino turístico, sino que solo se adquiere una parte del inmueble.
Así, el inversionista no se convierte en dueño de un edificio o un hotel, sino de un porcentaje de él, en función del tamaño de su inversión. Para ello debe elegir una plataforma de microfinanciación inmobiliaria con proyectos que se adapten a su perfil de inversión, y los hay de diversos tipos. A través de un crowdfunding de inversión inmobiliaria puedes ingresar en este negocio con montos pequeños.
“Este modelo tiene el potencial para revolucionar a la industria inmobiliaria en el mundo, ya que combina la forma más tradicional de financiar un proyecto inmobiliario —una copropiedad o grupo de socios— con el uso y poder de la tecnología para gestionar el principal insumo de su proceso productivo”, dice Juan Carlos Castro, de Briq.mx, una de las plataformas digitales enfocadas en reunir fondos para proyectos inmobiliarios en México.
El microfinanciamiento también representa una ventaja para quien emprende con un primer proyecto inmobiliario y debido a su “inexperiencia” no puede acceder a financiamientos tradicionales, como el que ofrecen los bancos o las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes).
Además de ser una alternativa para financiar el proyecto, el plan inmobiliario puede conseguir alcance y visibilidad entre un grupo de inversionistas que tampoco tienen grandes capitales, pero que al aportar pequeñas cantidades en conjunto, pueden reunir el dinero suficiente para empezar o financiar la totalidad de la obra. Las recompensas pueden ser de varios tipos.
En algunos casos es la adquisición de una de las propiedades (lote, casa o departamento) que, al colocarse en renta a través de alguna plataforma digital, como Bestday o Trivago, puede generar otros rendimientos a través de los años.
Un factor para tomar en cuenta es el riesgo, el cual es un componente en todas las inversiones. Una parte de este riesgo se relaciona con la legalidad de las operaciones, así como la garantía de que tu dinero no desaparecerá. Muchas de estas microfinancieras sostienen sus operaciones de forma rentable porque prácticamente no tienen oficinas, solo un sitio web habilitado para este tipo de operaciones. Y el hecho de no tener un sitio donde verlos pone nervioso a más de uno.
Regulación fintech
En marzo de 2018 se publicó una legislación que regula a este tipo de entidades financieras, la conocida Ley Fintech. Ahí se estableció un marco legal para la existencia de este tipo de microfinancieras, así como sus operaciones, pero esto no es garantía de éxito en los proyectos de inversión en los que te involucres.
La administración del riesgo es corresponsabilidad de quien invierte, así como de quienes colocan los proyectos en sus sitios para financiarlos, ya que ellos deben hacer una serie de análisis antes de ofrecerlos en sus sitios de internet.
Las plataformas digitales, de forma incipiente, ayudan a las economías en desarrollo a superar desafíos en materia de gestión de los destinos tradicionales y aumentar la competitividad de estos lugares.
El reporte del Banco Mundial señala que incluso estas herramientas digitales “pueden proporcionar nuevas oportunidades para las mujeres y los empresarios rurales, mejorando su acceso a los mercados y la inclusión financiera”.
Crowdfunding, aliado del turismo
Participar en el mercado turístico a través de los bienes raíces será cada vez menos complicado conforme las plataformas de crowdfunding generen un prestigio de responsabilidad y certeza en las inversiones.
Hoy lo son, pero en el futuro serán una opción confiable para que en tu portafolio de inversiones cuentes con el componente del sector inmobiliario que se requiere.
El sector turístico será uno de los más dinámicos en los años por venir, sobre todo en los mercados emergentes como México, donde además cuenta con una fortaleza en infraestructura que le respalda. En México aún habrá oportunidades de participar en esta industria, sobre todo en lugares como Tulum. Esta ciudad,a diferencia de Cancún o Playa del Carmen, tiene un límite máximo para la altura de las edificaciones, que impedirá que los consorcios hoteleros mundiales coloquen ahí sus complejos all inclusive.
Tulum crece de forma acelerada y está en busca de inversionistas pequeños que quieran participar. El año pasado, un reporte de Softec daba cuenta de la construcción de alrededor de 1,800 viviendas en este destino; casi 70% de la oferta se colocó entre pequeños inversionistas, quienes buscan maximizar sus inversiones en proyectos habitacionales. Su posterior renta, así como el creciente valor del metro cuadrado en la zona, son la miel que atrae a pequeños inversionistas de varios países. La gran mayoría lo está haciendo a través del crowdfunding.
FE DE ERRATAS
En la edición impresa de este texto, dentro del suplemento Tianguis Turístico, por error se menciona que Central Park y Panoramic Tulum son desarrollos inmobiliarios de Sa’atal Group, cuando en realidad son de la empresa Los Amigos. (www.losamigostulum.com)