En la última cacería de su vida,don Alejo sorprendió al grupo de sicarios que quiso imponer en su rancho la ley de la selva, la misma que ni el poder del Estado ha podido controlar; los marinos presentes no olvidarán nunca el cuadro, un viejo de 77 años se llevó por delante a cuatro sicarios antes de morir peleando como el mejor soldado: con dignidad, honor y valentía”.
Fue así como se dio a conocer hace 10 años la historia de don Alejo Garza Tamez, un hombre que defendió su patrimonio de maleantes que buscaban despojarlo de su rancho en el municipio de Padilla, en Tamaulipas, a punta de balazos y granadas, pero que no esperaban toparse con alguien como él.
Fue el 23 de noviembre de 2010, cuando Javier Sepúlveda, periodista de MILENIO, contó por primera vez la historia de don Alejo Garza Tamez, el hombre que “defendió su rancho del narco hasta la muerte”. Pero esa noticia no quedó ahí, pues más allá de la muerte de los cuatro maleantes y un empresario tras un enfrentamiento, la historia se volvió leyenda y aparecieron los corridos, el cine, el cómic, la literatura, pero no la justicia. La vida de don Alejo y sobre todo la forma de su muerte penetraron hondo en la cultura popular de un México devastado por la inseguridad, escenario que dio forma a la leyenda.
Las acciones
La historia comenzó en el rancho San José, propiedad del empresario nacido en Allende, Nuevo León, y ubicado en el municipio de Padilla, Tamaulipas.
El Conflicto...
Un grupo de la delincuencia organizada quería apropiarse de ese terreno, situación que era cotidiana en 2010 en los límites de Nuevo León y Tamaulipas.
Sin embargo, surgió el clímax inesperado, don Alejo decidió enfrentar a los sicarios, se quedó solo en su casona, envió a los empleados a sus casas, les haría frente solo, rodeado de armas y municiones. Cuando los maleantes llegaron al rancho San José, don Alejo escuchó las camionetas, sabía a lo que se enfrentaba.
Los 900 disparos
No hubo miedo, se oyeron los balazos, las granadas, casi 900 disparos realizaron los delincuentes, de los que hizo don Alejo no se tiene el número, solo se sabe que con sus balas cuatro enemigos cayeron muertos y dos heridos; para llegar a un desenlace no previsto por los forajidos.
Los sicarios en la batalla perdieron a sus compinches, y al final de la misma se quedaron con las manos ensangrentadas y vacías. Don Alejo, que cayó muerto cerca del baño, protegió su propiedad y se alzó, sin vida, como un héroe dentro de una sociedad golpeada por la delincuencia y necesitada de historias de orgullo.
La leyenda
A diez años de su partida, la historia de don Alejo sigue viva en la memoria, sobre todo de aquellos que entran a su página de Facebook, y se enteran de los nuevos formatos en los que la historia será contada y dejan constancia del respeto a su figura, a su valentía, su entereza y decisión.
En uno de los post más recientes a inicios del 2020, la página oficial del héroe norestense hace alusión al cómic realizado por Panini Comics, El viejo y el narco. “La historia de Alejo Garza Tamez fue inmortalizada por el escritor Ricardo Vilbor y el artista gráfico Max Vento y la editorial Panini”, menciona.
Y tras la publicación, los comentarios no se hicieron esperar. “¡Todo un verdadero gran hombre!”, escribió Osvaldo Chacón. “Don Alejo perdió la vida, pero jamás la dignidad”, dijo Carolina García. “¡¡Un hombre valiente!!, ¡¡Este hombre nos deja una lección de vida!!”, expresó Raúl Santos, y así muchos otros han celebrado su historia.
Igual sucedió cuando apareció en su página el trabajo del periodista Diego Enrique Osorno, quien además de la investigación realizó el documental El valiente ve la muerte solo una vez. O cuando se enteró a sus seguidores que el actor Hugo Stiglitz llevó la vida de don Alejo al cine. Aunque el rancho San José ya no pertenece a la familia de don Alejo, su esposa y sus hijas plantaron hace un par de años un rosal en la propiedad, en memoria del empresario. Así, en las redes sociales, la música, las películas e incluso en el San José, la memoria y la historia de don Alejo se mantienen más presentes que nunca, pues los sicarios se llevaron su vida, pero crearon a una leyenda.