Batman sería el único súperheroe que cumple con las leyes de la física, pues es “sólo una persona más desarrollada físicamente”, afirmaron investigadores de la Universidad de Alcalá de Henares, que estudiaron los súperpoderes de los personajes ficticios.
La verosimilitud de Batman puede deberse, tal y como han apuntado muchos a lo largo de la historia, a que es un súperheroe sin súperpoderes, destacaron Francisco José Álvarez y Francisco Sáez de Adana.
“Puede ser un ejemplo alcanzable, mientras que Superman difícilmente lo es”, aseguraron los docentes, que realizaron una actividad en dicha universidad en homenaje a Stan Lee, escritor y editor de cómics estadunidense, fallecido la semana pasada.
En cuanto al Hombre Araña apuntaron que los valores de tensión de la tela de araña de Spider-man también podrían ser compatibles con su peso y, por tanto, viables.
Spider-man se encontraría a medio camino, ya que sus telas de araña podrían sostenerlo en su balanceo de rascacielos en rascacielos, mostrando cómo los valores de la tensión necesaria en el hilo son compatibles con los de una tela de araña real, por lo que se podría considerar que, al menos en eso, “es un héroe que no desafía las leyes de la física”.
En cuanto al súperheroe más completo, ambos coinciden en que es Iron Man, cuyo “auténtico súperpoder es una inteligencia prodigiosa que le permite poner a su servicio y al de la humanidad todas las posibilidades que contemplan las leyes físicas, reales o irreales”.
Quien sí rompe de forma fulminante con las leyes de la física es el súperheroe de Marvel, Hombre Gigante, cuyo superpoder radica en cambiar de tamaño.
“Esa capacidad desafía la ley del cubo-cuadrado, que dice que cuando un objeto crece en tamaño, su volumen crece más rápido que su superficie”, señalaron Álvarez y Sáez de Adana.
“Llegaría un punto que no podría soportar su peso. Por tanto, es un héroe con un solo súperpoder, pero es imposible físicamente”, sostuvieron.
“La ciencia tiene una presencia enorme en las historias de súperheroes, al menos en las más modernas; muchos de los súperheroes y de los súpervillanos proceden del ámbito científico”, concluyeron Álvarez y Sáez de Adana.
RL