Sin duda, los perritos tienen el poder de inspirar y conmover a todo mundo y es que hay historias que llenan de ternura, como la de Chocolate, un peludo que vive en la colonia San Simón Culhuacán en la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México. Pese a tener nombre, es conocido en el barrio como El Conchas, debido a su gran gusto por los tradicionales panes dulces mexicanos.
Los vecinos decidieron llevar a otro nivel el amor que le tienen a Chocolate y lo volvieron parte de su patrimonio, inmortalizándolo en un peculiar mural sobre una pared en la colonia, y es idéntico al gracioso lomito.
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'El Conchas', un perrito amado por todos
La encargada de llevar esta historia al internet se llama Paola Ponce. En su cuenta de Facebook se encargó de contar cómo fue su experiencia con el gracioso Chocolate y estaba incrédula y divertida al momento de ver cómo se movía por ahí con un pan en el hocico.
Paola cuenta que hace cuatro años caminaba hacia la estación del Metro cercana a su casa y de pronto vio un peculiar perrito corriendo con una concha en el hocico. Desde luego, le pareció algo único, y comenzó a formular mil hipótesis sobre por qué habría un perro con una concha por ahí.
¿A caso era un ladrón prófugo de la justicia?, ¿se le cayó a alguien y él decidió reclamarla como propia?, o tal vez tenía alguna fuente de ingresos y cuando por fin ahorró lo suficiente, pudo ir a la panadería y comprar su pieza favorita de pan.
Por la noche, de vuelta a casa, contó lo que vio, y tanto su madre como su hermana estaban incrédulas, ¿cómo un lomito amaría de esa forma las conchas dulces? A fin de cuentas, su mamá se encontró a Chocolate y decidió comprarle una concha, comprobando la descabellada historia que había escuchado de su hija Paola.
Sin embargo, ése no es el único placer gastronómico que experimenta El Conchas, pues no desprecia un buen tamalito; en cambio, no le gustan los bolillos y esos prefiere llevárselos a El Pirata, su hermano que vive con él en su hogar.
Chocolate no es un aprovechado de la gente, pues se deja consentir y a veces acompaña a la gente hasta la puerta de su casa, como muestra de su agradecimiento y lealtad a sus vecinos que lo alimentan.
El Conchas es tan querido y conocido en su colonia que decidieron hacer un mural en su honor. La pintura es bastante parecida, pero sin lugar a dudas, lo que lo diferencia de todos los demás es que sostiene en su hocico una deliciosa concha de vainilla, y tiene todos sus cachetes manchados de blanco.
"Es un perrito bien chingón", finaliza su relato la capitalina, en una publicación que ha recibido miles de reacciones, comentarios y veces que se ha compartido en la red social.
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