El cementerio municipal de la avenida Hidalgo tiene un valor histórico y cultural, que muy pocos conocen en la localidad, no sólo por que hay más de una veintena de personas importantes en la historia del estado y algunos movimientos políticos, sino también por la belleza arquitectónica con la que fueron edificadas algunas de las tumbas,p por esa razón vale la pena rescatarlo.
Los 115 años transcurridos desde la inauguración del camposanto no han pasado en vano para los sepulcros, algunos de ellos tienen el mismo tiempo de antigüedad, pero ahí siguen, pues en la actualidad no se cuenta con un reglamento de panteones que permita sacar los cuerpos de los lotes que tengan mucho tiempo con adeudo de impuestos, y mientras eso no se regule ahí seguirán.
Francisco Ramos Alcocer, historiador de la ciudad y escritor, comentó que la forma de enterrar a los muertos en Tampico ha pasado, de inhumarlos en los predios familiares, que incluían los patios de las casas, cuando se fundó la ciudad, hasta que se tomó la decisión de establecer en un lugar, así fue como hace 194 años se contó con el primer panteón, ubicado en la colonia Cascajal, pero las inundaciones obligaron a las autoridades a cambiarlo de lugar.
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Después se consiguió un terreno donde ahora se ubica el auditorio municipal, funcionó hasta 1907, y el siguiente año se habilitó un cementerio católico y uno protestante, separados sólo por un predio que funcionaba como basurero.
Tras una gran cantidad de muertes por varias epidemias que golpearon a la ciudad, este botadero tuvo que desaparecer para extender los camposantos, que ya se habían llenado.
Fue así como el 1 de octubre de 1923 fue inaugurado el cementerio municipal sobre la avenida Hidalgo, mientras que el de protestantes comenzó a funcionar como privado.
Las tumbas que se edificaron durante el auge petrolero, con la llegada de extranjeros, muestran el poder económico que había en ese momento en la zona.
En esa época además se generó un tránsito artístico y empresarial de Italia a México en torno a las nuevas concepciones del arte funerario, que llegó a Tampico de la mano de los hermanos Biagi, que tenían su taller en San Luis Potosí. Sus obras se pueden observar en tumbas ubicadas a un costado de la calzada principal.
En el cementerio municipal de Tampico está enterrado quizá el único general mexicano que descansa en un panteón municipal, comandaba tropas de Nuevo León y Tamaulipas, obedeciendo las directrices del gobierno central o centralista en oposición a los federalistas, que no querían reconocer ni a Anastasio Bustamante ni a López de Santa Anna, muere a finales de la década de 1830, de una forma trágica, pues tras un combate fue torturado.
A su fallecimiento, sus restos fueron sepultados en el Cementerio Católico que se encontraba en los terrenos donde hoy está la preparatoria “Francisco Medina Cedillo”, pero después se llevaron al panteón actual.
También están los restos de Fernando Valentín San Pedro Salem, que fue regidor, diputado local, y dos veces alcalde, de 1946 a 1948, por el Partido Revolucionario Institucional y posteriormente de 1972 a 1974, por el Partido Popular Socialista, que él mismo fundó. Fue el primero que logró la alternancia al PRI en México, pues los residentes de la ciudad le tenían particular estima y cariño.
También...“Hay algunos sepulcros, algunos monumentos que tienen un valor singular, muchos fueron realizados en el taller de los hermanos Biagi, era una familia de origen italiano que por la calidad de su trabajo era solicitada cuando fallecían familias de nivel eco
Josué Picazo, Cronista de Tampico.
Rosalío Bustamante, uno de los participantes del Congreso Constituyente, un personaje importante para la historia, luchó desde distintas trincheras contra el dictador Porfirio Díaz, también está enterrado en el camposanto de la avenida Hidalgo, están los restos de Aurelio Celis que fue el presidente del Partido Antirreeleccionista, que impulsaba la campaña a la presidencia de José Vasconcelos, fue asesinado en Tampico, en 1929, podría hablarse que se trató de homicidio político.
La campaña política hábilmente conducida en Tampico y Villa Cecilia le ganó gran relevancia en la región, por esa razón le construyeron una tumba muy vistosa.
En el cementerio además hay una escultura de La Piedad, copia fiel de la original realizada por Miguel Ángel. Se ubica en la tumba del que fuera director del periódico El Mundo, el más importante que hubo en Tampico en el siglo XX y que se extendió hasta finales del siglo pasado, Vicente Villasana, quien fue asesinado en Ciudad Victoria.
La pieza de mármol de carrara es tan importante que incluso se ha hablado de una donación a la ciudad para su reubicación. El cronista de la ciudad Josué Picazo indicó que a través del panteón municipal también se puede recorrer la historia, por esa razón debería considerarse un proyecto importante, aunque reconoció que las tumbas necesitan restauración y para ello recursos económicos.
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yc