En mayo de 2022, Mia Robins, una estudiante de ciencias biomédicas de 21 años, comenzó a experimentar una presión dolorosa en el estómago durante su primer año de universidad.
Lo que inicialmente fue diagnosticado como una infección urinaria resultó ser un tumor canceroso del tamaño de un melón, lleno de cabello y dientes, según relató para The Sun.
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Estos fueron sus primeros síntomas y los diagnósticos erróneos
Mia, que en ese momento tenía 19 años, notó varios síntomas preocupantes, incluyendo fatiga, pérdida de peso y caída del cabello.
A pesar de esto, los médicos la diagnosticaron con alopecia, anemia e infección del tracto urinario (ITU). Sin embargo, su salud siguió deteriorándose y, en junio de 2022, una ecografía reveló que tenía cáncer de ovario en etapa uno.
Tras el diagnóstico, Mia se sometió a una cirugía de emergencia para extirpar el tumor, que tenía el tamaño de un melón dulce y contenía cabello y dientes.
A pesar de que el cáncer regresó seis meses después, Mia completó con éxito un tratamiento de quimioterapia y recibió el visto bueno en agosto de 2023.
Mia, quien es de Liverpool, compartió su experiencia y destacó la importancia de cuestionar a los profesionales médicos si se tienen preocupaciones sobre la salud.
"Me extirparon el apéndice en diciembre de 2021 y comencé a sentir dolor al mes siguiente. Me despertaba con dolor, como si necesitara ir al baño inmediatamente. Sentía mucha presión y me moría de ganas de ir al baño, pero se iba tan pronto como iba al baño," explicó para The Sun.
Ignoraron algunos síntomas y así descubrió el tumor
A lo largo de seis meses, Mia acudió a urgencias dos veces y tuvo alrededor de cinco citas con su médico de cabecera, quienes le dieron múltiples diagnósticos equivocados.
"Les dije en urgencias que me arrastraba hasta el baño con dolor y me dieron antibióticos para una infección urinaria, pero sabía que no era eso," recordó Mia.
En junio de 2022, Mia volvió a urgencias, donde pruebas adicionales confirmaron que tenía cáncer de ovario. "El personal médico me dijo que mi tumor era del tamaño de un melón y que necesitaría someterme a una cirugía de emergencia. Lo detectaron a tiempo, pero era una enfermedad enorme y en crecimiento," dijo Mia.
La cirugía fue exitosa, aunque tuvieron que extirparle el ovario derecho, la trompa de Falopio, parte del abdomen y algunos ganglios linfáticos:"Me dijeron que el tumor tenía dientes y pelo, lo cual aparentemente es normal en un tumor bastante grande," comentó Mia.
En febrero de 2023, el cáncer regresó y Mia tuvo que someterse a un tratamiento de quimioterapia de tres meses. En agosto de 2023, recibió el visto bueno, aunque debe someterse a exámenes periódicos para asegurarse de que el cáncer no regrese.
Mia enfatiza la importancia de ser persistente en la búsqueda de atención médica adecuada:
"Les digo a otras personas que siempre pregunten al personal médico si sienten que algo anda mal. Podría haber muerto si no hubiera seguido yendo a urgencias. Mi tumor habría seguido creciendo y podría haber muerto," concluyó Mia, quien ahora usa su experiencia para instar a otros a no ignorar sus síntomas y buscar siempre una segunda opinión si sienten que algo no está bien.