Un video que muestra a una treintena de ballenas jorobadas creando burbujas para cazar en aguas australianas se ha convertido en un importante documento gráfico que están estudiando los científicos para conocer mejor el comportamiento de estos cetáceos.
Un estudio reciente liderado por Vanessa Pirotta, de la Universidad Macquarie en Australia, señala que el video, grabado con un dron el pasado septiembre, es la primera prueba visual de este comportamiento en Australia y una de las pocas que hay en el hemisferio sur.
"Este corto artículo aborda la primera prueba documentada fotográficamente de ballenas jorobadas alimentándose mediante burbujas en aguas costeras australianas", indica el resumen del estudio publicado el pasado 31 de mayo en la revista "Aquatic Conservation".
Las imágenes fueron grabadas por el australiano Brett Dixon cerca de la costa de Nueva Gales del Sur, en el sureste de Australia, donde los avistamientos de ballenas son habituales debido a que su población ha crecido gracias a la prohibición de su caza.
Los cetáceos, que pasan el invierno austral en aguas cercanas a Australia para procrear principalmente, estaban migrando hacia el océano Antártico, donde pasan el verano austral alimentándose de kril y de peces pequeños.
Este grupo de ballenas jorobadas o yubartas ("Megaptera novaeangliae") estaban cazando mediante burbujas que forman a través de sus espiráculos, el orificio para respirar que tienen en la parte superior del cuerpo.
Las burbujas forman una especie de red, creada gracias a la cooperación de las ballenas, que envuelven a sus presas y permiten a los cetáceos engullirlos con facilidad.
Esta forma de caza había sido observada más habitualmente en el hemisferio norte, pero raramente en el sur y nunca en Australia.
En un artículo en "The Conversation", Pirotta aseguró que es un misterio por qué las ballenas cazan así y tampoco se sabe si aprenden de manera natural a hacerlo o se transmiten el conocimiento de unas a otras.
"Antes se pensaba que estos animales no se alimentaban a lo largo de las rutas migratorias. Sin embargo, ahora sabemos que lo hacen para aumentar sus reservas de energía mientras migran", indicó.
Pirotta agregó que es importante conocer los hábitos de las ballenas también para estudiar cómo les va a afectar el calentamiento global a ellas y al resto del ecosistema.