Pasear perros no es una labor sencilla, pues esta actividad implica más que tener una cadena a la mano y un parque cerca. Así lo percibe Israel López Ramos, fundador y trabajador del proyecto Kensil Rides, que desde hace tres años se dedica al esparcimiento de los canes en la Ciudad de México.
Con motivo del Día Mundial del Perro, que se celebra cada 21 de julio, el paseador, que comenzó en dicho trabajo debido a que los servicios que en su momento contrató paras sus mascotas, Kenna y Silverio, nunca cumplieron sus expectativas, habló con MILENIO sobre la forma adecuada de tratar a los 'peludos' durante los paseos y cómo alguien sin experiencia puede aprender a ejercer dicha actividad.
- Te recomendamos Valentía, compañía y cariño: retratos del Día Internacional del Perro Comunidad
“Esto se da por la necesidad de tener un buen servicio de paseo y entrenamiento ya que somos propietarios de dos perros de raza grande y cuando recibimos servicio nunca cumplió nuestras expectativas. Los entrenadores y paseadores utilizan collar de castigo; el método de ahorcar y asfixiar a los peludos nunca nos gustó, así que decidimos investigar más a fondo y buscar una verdadera opción que cubriera las necesidades de nuestros perros”, dijo Israel sobre cómo surgió la idea de crear su propia empresa de paseos.
Para llevar a cabo su cometido, lo primero que hizo fue acudir a El rincón de Solín, un espacio ubicado en la colonia Anzures dedicado al estudio y aprendizaje animal a través de cursos, talleres y clases particulares que no hacen uso de métodos punitivos o aversivos (agresiones o castigos).
Tras aprender lo esencial sobre los canes y la forma de tratarlos, Israel empezó Kensil Rides junto a Tania Rivera. Desde el principio establecieron un protocolo de trabajo que consiste en no pasear más de 4 perros por persona, pues "así evitamos que algún perro se pueda extraviar. Las peleas entre perros las podemos evitar conociendo a cada canino, respetando su personalidad, estando al tanto de las conductas que puedan tener. No mezclamos perros reactivos en los parques que tienen área para soltarlos, pues podrían generar algún problema y agredir o ser agredidos".
Actualmente su compañía de paseos trabaja con aproximadamente 25 perros en diferentes horarios y días de la semana, en colonias como: Anzures, Polanco, Cuauhtémoc, Roma, Condesa, Escandón, Del Valle, San Ángel, Coyoacán, Santa María la Ribera y Obrera.
"Checamos la edad, raza o tipo, tamaño, conductas o requerimientos especiales que pudiera tener algún perro. En promedio, cobramos 200 pesos por dos horas, en las cuales les enseñamos a desarrollar el olfato, trabajos de búsqueda, solución de problemas y desarrollo cognitivo, además de trabajar las conductas que se requiera según el caso en particular", señaló respecto al manejo del aspecto monetario en su trabajo.
Cómo convertirse en paseador de perros
Israel cree que pasear perros es una alternativa que puede dejar buenas ganancias, pero para desempeñar este oficio "hay que realizarlo de manera profesional tomando cursos de capacitación, manejo de correa, comunicación con el perro. Tener amor, paciencia, dedicación y, sobre todo, no improvisar ya que los más perjudicados aquí son los peludos".
"Hay quienes ofrecen sus servicios con el método de la dominancia, el castigo, el sometimiento, el dolor. Pero hay otros tantos que ofrecen un panorama distinto: entrenamientos y paseos en positivo; en ellos se trabaja respetando al perro, nunca se le hace daño, no se rebasan los límites ni umbrales que el perro pueda tener, se premian las conductas deseadas y, con el trabajo constante, se erradican o corrigen los malos hábitos del peludo", aseveró.
Entonces, para volverse un paseador sin dinámicas de maltrato, él recomienda El rincón de Solín: "Estoy seguro que la mejor manera de aprender algo es invirtiendo en la capacitación contínua, mantenerse a la vanguardia y desarrollando habilidades, pues tenemos la responsabilidad de una vida en nuestras manos".
Abandono de perros, un problema grave
"Hicimos un estudio que nos reveló que muchas personas se hacen propietarios ya sea adoptando o comprandolos por moda, estatus o debido a que sienten que son mejores personas teniendo un perro. Pero la realidad es que la inversión en salud, cuidados, manutención y tiempo a veces se convierte en un problema, y la solución más fácil es el abandono, cayendo en el maltrato, hacinamiento, descuido y, en el peor de los casos, la muerte asistida", informó el paseador de 43 años.
Ante la problemática del abandono - que es grave en la Ciudad de México, pues basta salir a caminar un par de cuadras por cualquier colonia para ver un perro en situación de calle-, Israel piensa que, antes de hacerse de una mascota, "uno debe hacer conciencia del verdadero motivo de convertirse en propietario, considerando el espacio para tenerlo, presupuesto, tamaño, características de la raza y lo más importante: si en realidad voy a ser responsable de una vida que requiere atenciones y, sobre todo, tiempo; cubrir sus necesidades no es tarea fácil, se necesita dedicación, paciencia y constancia".
yhc