Pablo es el nombre de un perrito terrier alemán de apenas dos años que protagonizó uno de los momentos que confirman que, definitivamente, los perros son los mejor amigo de los humanos, además de los más fieles. El pequeño recorrió 380 kilómetros de regreso a casa, tras perderse en unas vacaciones.
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De acuerdo con la cadena France Bleu, el tierno perrito se perdió en un lugar donde vacacionaban en Saboya, una región de los Alpes occidentales entre el lago de Ginebra en el norte y la provincia de Mauriana en el sur.
La pareja sueña del perrito, Catherine y Roger, ambos de cerca de 60 años, decidieron hacer una parada en Saint Martin de Belleville, en Saboya tras regresar de un viaje en Italia a bordo de su autocaravana de viaje. El pequeño Pablo salió a pasear solo, como suele hacerlo, pero ya no regresó.
"Esperamos durante horas. Incluso pasamos la noche allí, sin éxito", dijo Catherine a France Bleu.
"Nos permitió estar más cerca en caso de que alguien nos recordara a Pablo", dice Roger, dijo tras poner una denuncia de pérdida en el ayuntamiento.
La historia se volvió memorable y le quitó la tristeza del asunto, cuando reportaron, a la siguiente semana, que el perrito había vuelto a su hogar en la población de Bezouce, es decir, a unos 380 kilómetros de distancia de Saboya.
Relatan que un amigo de ellos, responsable de cuidar su casa en Bezouce, les envió una foto de Pablo en su hogar. "Reconocí a Pablo, no lo podía creer, fue un verdadero momento de felicidad", les escribió en un mensaje de texto.
Fue así como la pareja se decidió regresar a casa y encontraron al perrito en mal estado, pero vivo. Desde entonces, el pequeño Pablo cuenta con un collar GPS para que no vuelva ocurrir algo como esto. ¿Cómo recorrió los 380 kilómetros? Es algo que quizás jamás sabrán, pero lo que sí es que el pequeño Pablo ya demostró ser capaz de lo que sea.
caov