Hace unos días te presentamos el curioso y a la vez preocupante caso de una morsa gigante del Ártico que se quedó dormida sobre un iceberg y realizó un viaje de más de 2 mil 500 kilómetros hasta Irlanda. Seis días después de aquel avistamiento, la misma criatura ha aparecido en la costa del sur de Gales.
Su historia rápidamente saltó a los medios cuando se dio a conocer su accidentada travesía. El animal se había quedado dormido en un iceberg que se terminó desprendiendo del continente helado y se fue a la deriva. Dos días más tarde apareció en una playa de Irlanda, desorientada, hambrienta y agotada.
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"Lo mejor ahora es dejarla tranquila. No se debe intentar un rescate. La morsa, toda vez pueda alimentarse de nuevo y recupere su fortaleza, emprenderá por sí misma el viaje de regreso a casa", dijo hace unos días Kevin Flannery, director del acuario más grande de Irlanda.
Del Ártico a Irlanda a Gales
Sin embargo, una semana después, la morsa ha aparecido en la costa de Pembrokeshire, donde permaneció en el fondo de un acantilado de la playa de Broad Haven South, antes de desaparecer de nuevo en el mar.
Para comprobar su estado de salud, esta vez se dio aviso a la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA), una organización de caridad que promueve el bienestar de los animales, y que tiene su sede en Inglaterra y Gales.
Ellie West, oficial de rescate de animales de la RSPCA, contó al diario británico The Guardian que la morsa se paró a descansar en unas rocas y, aunque parecía algo baja de peso, "no mostraba ningún signo de enfermedad o lesión".
El avistamiento se ha vivido como todo un acontecimiento en la costa de Gales, pues, aunque es común que las morsas se queden dormidas en las costas árticas después de un día de caza, son contadas las ocasiones en las que aparecen tan lejos de su hábitat.
CAR