A veces, los animales son los encargados de enseñarnos valiosas lecciones a nosotros los humanos. En Mokopane, Sudáfrica, una jirafa fue aparentemente abandonada por su madre al nacer, pero un perrito tomó las riendas de la situación y ahora lleva a cabo elpapel de su guardián en el orfanato para animales en el que se encuentra ahora.
Un agricultor encontró a Jazz, que resultó ser una jirafa macho que tenía pocos días de haber nacido. Cerca no se encontraba su madre, y él se encontraba solo, tirado en el campo, deshidratado y débil, por lo que el hombre llamó a The Rhino Orphanage un centro de ayuda para animales salvajes que fueron abandonados o quedaron huérfanos.
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Cuando Jazz llegó ahí, fue recibida con alegría por el perro Hunter, el encargado de vigilar el orfanato, quien rápidamente comenzó a cuidar al recién llegado. La cuidadora de la jirafa, Janie Van Heerden declaró que los dos animales se hicieron amigos de inmediato.
Por su parte, la pequeña jirafa recibió líquidos por vía intravenosa y se está recuperando, señaló Van Heerden. Ahora, se le está alimentando con leche y poco a poco comienza a comer hojas, por lo que posiblemente "pronto podrá irse a casa”, agregó la cuidadora, quien afirmó que la jirafa será liberada en su hábitat natural.
Seguramente, cuando se vaya, Hunter la extrañará mucho, pues desde que llegó al refugio se volvieron inseparables.
cjr