Muchas veces, rescatar un perro no es tan sencillo, ya que en ocasiones las personas tienen que recorrer miles de kilómetros para adoptarlos o simplemente ganarse la confianza de estos animales. Esto mismo le pasó a Danny Spanks, quien todos los días viajó por 45 minutos para que una perrita de nombre Mama le permitiría acercarse a ella.
Danny Spanks vio una publicación sobre una perrita abandonada en una zona rural de Ducor, California, por lo que fue hacia el área sólo para echar un vistazo al terreno y se encontró con una desgarradora escena porque a Mama le habían arrebatado a sus cachorros, y así fue que decidió rescatarla, pero no sería tan sencillo.
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“Cuando vi a Mama por primera vez, no pensé que iba a tener suerte para ganar su confianza porque ella tenía mucho miedo de las personas”, dijo al sitio estadunidense The Dodo.
Por cuatro meses, condujo como 45 minutos hasta la zona rural todos los días con el propósito de ganarse la confianza de Mama. Al llegar se sentaba en medio del campo de cultivo vacío con comida para perros y le arrojaba un poco de comida y la perrita comenzó acercarse cada vez un poco más. “Y en ese momento, ella entendió, sabes, para qué estaba yo allí”, contó.
Pero una vez que ella supo quién era y que Danny no tenía malas intenciones ya que sólo trataba de ayudarla, Mama comenzó a correr en el campo de cultivo y a jugar con Danny. La perrita se sintió más segura, que Spanks dejó de aventarle la comida debido a que ella ya la tomaba directamente de su mano. No sólo el animalito se sentía feliz con la visita, sino que también impactó en las emociones de su rescatista.
Aunque Mama ya se acercaba a Danny y hasta lo olfateaba, ella todavía no lo dejaba que la tocara. Una situación que era muy complicada para Spanks, ya que él no podía comprender cómo podría conseguir la ayuda que ella necesitaba.
Hasta que se ocurrió poner una gran trampa en el medio del huerto. Para conseguir que entrara en ella, Danny comenzó a sentarse en el interior de la trampa y con una mano hacia afuera sostenía la comida hacía afuera para que Mama se acercara. Y de esta manera logró sacarla a salvo del campo de cultivo.
“La primera vez que realmente pude acariciarla fue después de haber sido rescatada, tras ponerla a salvo (…) Crear ese lazo y establecer esa confianza realmente significó mucho para mí. Simplemente estoy muy agradecido por haber sido el afortunado que se ganó su confianza”, concluyó.
epc