Cuatro meses o 120 días o 2 mil 880 horas de espera en un aeropuerto.
No, no es la trama de la película de Tom Hanks La Terminal, es la realidad de Hassan Al Kontar, un joven sirio que desde el 7 de marzo vive en el aeropuerto de Kuala Lumpur, en Malasia.
Hassan no puede salir del aeropuerto porque agotó los tres meses de estadía en Malasia como turista y no puede volar a otro país porque, como refugiado sirio, no puede obtener una visa para entrar a algún otro país.
A través de su cuenta de Twitter, @Kontar18, Hassan relata su día a día con humor ácido y, algunas veces, publica cifras sobre los refugiados en el mundo.
Su historia como refugiado inició en 2011, cuando inició la guerra en Siria y él rechazó unirse al Ejército, por lo que viajó a los Emiratos Árabes Unidos para trabajar.
Sin embargo, cuando su pasaporte venció y Siria se negó a renovarlo, fue enviado a Malasia, un país que no pide visa a los sirios, sin embargo los 90 días de turista se agotaron y debía salir cuanto antes del país.
Hassan intentó ir a Ecuador o Camboya, pero ambos países le negaron la entrada y, desde marzo, vive en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur.
-¿Cómo va la vida?
-La vida es increíble, ¡no tienes idea de lo mucho que amo mi vida!
-¿Sigues atorado en el aeropuerto?
-¡Nooo! Volví ayer.
-¡¿Por qué?!
-Porque extrañaba mi silla.
Hassan inició una solicitud al gobierno canadiense para que lo acepte en su programa de refugiados y pueda salir de Malasia, sin embargo el trámite puede llevar hasta dos años. Por esto, un grupo de voluntarios canadienses abrieron una petición en Change.org y reunieron 17 mil dólares para ayudar al joven a llegar a ese país.
ALEC