Jessica Cox se ha convertido en el ejemplo que inspira a aquellos que se encentran inmersos en alguna dificultad que les cuesta trabajo resolver. La piloto originaria de Arizona nació sin brazos y eso no le impidió cumplir el sueño de volar.
“Mi madre tuvo un embarazo normal. El día en el que nací fue un shock absoluto para mis padres, especialmente para mi madre que estaba devastada cuando el médico le dijo que su bebé no tenía brazos”, compartió Cox para CNN.
La mujer narra que en su casa aprendió la fortaleza que la mantiene hasta ahora, siempre resolvió las tareas cotidianas sola y eso la ayudo a ser independiente.
Cox recuerda sus primeros acercamientos a los aviones, los cuales le aterraban. “Cada vez que subía a vuelos comerciales cuando era niña, sólo rezaba para que Dios me cuidara”, dijo.
En una ocasión todo cambió para ella, debido a que el piloto de un pequeño avión la llevó a la cabina en donde pudo ver a detalle cómo pilotar una aeronave. “El avión tiene controles duales (…) quitó las manos del control y me dejó volar. Incluso si algo te asusta, es importante enfrentarlo”, compartió Cox.
Tras graduarse de la universidad, se preparó para convertirse en piloto profesional, sin embargo, no fue fácil encontrar al instructor que adecuara sus enseñanzas a su condición. Además tenía que encontrar el avión especial para sus habilidades.
En 2008 Jessica Cox fue certificada como piloto por la Administración Federal de Aviación para volar un Ercoupe. Muchos la cuestionaron, pero finalmente lo logró.
Para Cox no tener brazos no ha sido impedimento hacer varias actividades, actualmente es buzo certificado, cinta negra de tercer grado de taekwondo y ha logrado inspirar a muchas personas al convertirse en conferencista.
LLG