Hace más de diez años, el joven Ollie Towler-Jones, de 18 años y originario de Norwich, emprendió su esperado viaje anual al Festival Latitude.
El evento, que él y su madre, Jo Towler, esperaban con ansias cada año, se convertiría en el escenario de una tragedia inesperada. Su madre contó su historia en Eastern Daily Press.
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La Enfermedad y el diagnóstico erróneo
Durante el festival, Ollie comenzó a sentirse mal y atribuyó su enfermedad a una resaca. Tras una noche de trasnocho, se despertó un sábado por la mañana sintiéndose agotado.
Inicialmente, pensó que simplemente necesitaba descansar y tomó algunos analgésicos antes de intentar dormir un poco más para recuperarse.
Sin embargo, su estado empeoró rápidamente. En pocas horas, Ollie comenzó a tener dificultades para respirar, y sus piernas se entumecieron y adquirieron un tono morado.
Alarmados por su deterioro, lo trasladaron en avión al Hospital Universitario de Norfolk y Norwich. A las 6:30 p.m., fue inducido a un coma en un intento de salvarlo.
A pesar de los esfuerzos médicos, Ollie nunca despertó. Solo ocho horas después, a las 8:16 p.m. del 19 de julio de 2014, fue declarado muerto debido a la falla de todos sus órganos.
Fue solo después de dos autopsias que su familia descubrió la causa exacta de su muerte: una cepa de meningitis conocida como MenW.
"El día que murió fue uno de los más traumáticos de mi vida. Perder a un hijo es la peor pesadilla de cualquier padre y la vida nunca vuelve a ser la misma", dijo su madre.
El Legado de Ollie
Ollie era el hijo único de Jo Towler y Marc Jones. Jo, que compartía con su hijo una pasión por la música en vivo, continuó asistiendo al festival en los años siguientes a pesar del dolor que le causa recordar esa trágica experiencia.
En una entrevista con el Eastern Daily Press, Jo compartió que el amor de Ollie por Latitude es la razón por la que sigue asistiendo al festival, aunque cada visita le resulta dolorosa.
"Es muy estresante. Siempre creo que lo he visto entre la multitud", dijo Jo. Desde la muerte de su hijo, ha dedicado su vida a crear conciencia sobre la meningitis y ha instado a las personas a vacunarse contra la bacteria MenACWY para prevenir esta grave enfermedad.
"Han pasado 10 años y hasta el día de hoy, la gente todavía parece pensar que murió de una sobredosis, lo que no podría estar más lejos de la verdad y es muy frustrante", comentó Jo.
En declaraciones a la organización benéfica Meningitis Now, Jo expresó: "El padre de Ollie y yo seguimos teniendo dificultades cada día y estoy segura de que habrá muchos más días de lucha por venir. Mi mensaje a los padres es que se aseguren de vacunar a sus hijos".