Sophie Louise Wright, una madre de 34 años de edad, ha compartido su desgarradora historia después de que un diagnóstico erróneo por parte de los médicos la dejara luchando contra una enfermedad terminal.
Lo que inicialmente se consideró como simple acidez estomacal resultó ser una enfermedad devastadora que amenaza su vida. Así lo compartió para el diario británico 'The Sun'.
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¿Qué le dijeron los médicos?
Todo comenzó cuando Sophie experimentaba síntomas alarmantes, incluido un dolor intenso debajo de las costillas y dificultad para retener alimentos, limitándose a consumir únicamente pan.
Las pruebas que se hizo en un primer momento dieron negativas y los médicos le dijeron que podría tener reflujo ácido, por lo que la mujer pensó que "todo estaba en su cabeza".
La madre afirma que le dieron pastillas contra las náuseas y le dijeron que probablemente se debía a reflujo ácido o una úlcera de estómago.
A pesar de las pruebas iniciales que no mostraron ninguna anomalía, su condición continuó deteriorándose. Perdió peso rápidamente, se ausentó del trabajo y tuvo dificultades para cuidar a su hija.
“Poco a poco me enfermé más, me cansé más, perdí peso y la vida me resultó difícil... Tuve que cancelar todos los planes con amigos y familiares porque no podía comer y me quedé confinado en casa", confesó.
Sophie resultó tener cáncer terminal
Después de una extensa batería de pruebas médicas, que incluyeron análisis de sangre, tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y una biopsia de hígado, sus resultados fueron diferentes.
A Sophie le confirmaron el diagnóstico de un cáncer de adenocarcinoma gastrointestinal inferior metastásico en el intestino que se había extendido al hígado y a la columna vertebral.
"Mi vida quedó totalmente arruinada y me pregunté si había algo mentalmente mal en mí, ya que todos mis resultados fueron claros".
A pesar de someterse a múltiples tratamientos, incluida quimioterapia, inmunoterapia y radioterapia, su salud continuó empeorando.
Sophie y su familia han encontrado una esperanza en un tratamiento experimental en Alemania que tiene como objetivo reducir los tumores administrando quimioterapia directamente en el hígado.
Sin embargo, el costo prohibitivo de este tratamiento ha llevado a la familia a lanzar una campaña de recaudación de fondos para cubrir los gastos.
A pesar de la devastación que ha experimentado, Sophie se aferra a la esperanza y está decidida a aprovechar al máximo el tiempo que le queda.
"Viviría felizmente con un cáncer que destruiría mi vida para siempre si eso significara poder estar con mi hija".
Ella y su prometido, Lewis, junto con su hija, están luchando incansablemente para obtener acceso al tratamiento que podría salvar su vida.
Sophie desea compartir su historia para advertir a otros sobre la importancia de ser persistentes en la búsqueda de respuestas médicas y nunca dar nada por sentado en la vida.
“Espero que mi futuro sea positivo y pueda luchar contra esto... Incluso si no puedo deshacerme de él, espero poder vivir...No des nada por sentado y vive tu vida como quieras, ya que nunca sabes lo que puede pasar", finalizó.