El día que debía ser uno de los más felices para Rebecca Moss, una futura madre, se convirtió en una tragedia inimaginable.
Horas antes de una cesárea programada, su esposo, Thomas Gibson, sufrió un ataque cardíaco mortal.
La desgarradora experiencia culminó en un hospital de Stockport, donde Rebecca dio a luz a su hija, Harper, con el corazón roto.
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Thomas Gibson murió antes de conocer a su bebé
Todo comenzó la mañana del 7 de junio del año pasado. Rebecca Moss, de Stretford, Greater Manchester, se despertó a las 5:15 am, lista para el día especial en que daría a luz. Bajó las escaleras y encontró a su esposo dormido en el sofá. Intentó despertarlo con alegría:
"Tom estaba dormido en el sofá. Estaba tratando de animarlo y le decía: 'Despierta, es el día del bebé'", recordó Moss.
Al no obtener respuesta, se acercó para darle un beso y se dio cuenta de que Tom estaba frío y rígido. Inmediatamente llamó a emergencias y, siguiendo las instrucciones, intentó realizar compresiones torácicas, a pesar de estar en su semana 39 de embarazo.
"El shock, el trauma y sin mencionar el esfuerzo físico de tener que sacar a Tom del sofá y realizarle compresiones torácicas a las 39 semanas de embarazo fue abrumador", describió Rebecca.
Horas después de este trágico descubrimiento, Rebecca dio a luz a su hija, Harper. La felicidad del nacimiento se vio ensombrecida por la reciente pérdida de su esposo.
En el tribunal forense de Stockport, Moss describió a Thomas como un hombre "cariñoso, encantador y divertido", que estaba emocionado por convertirse en padre. Había pasado los fines de semana previos a su muerte construyendo muebles para su bebé.
"Él no estará presente en ninguno de sus cumpleaños", dijo Rebecca con tristeza. "Él nunca estará allí la mañana de Navidad y no estará allí el Día del Padre. En cambio, Harper visitará la tumba de su padre cuando tenga edad suficiente para entenderlo", agregó.
Le damos las buenas noches a su foto todas las noches antes de acostarse y ella tiene una colcha hecha con sus suéteres favoritos. Tom vivirá a través de su hija, pero eso no cambia el hecho de que todavía debería estar aquí con nosotros hoy".
La investigación y los errores médicos
The Sun compartió que la investigación de Thomas Gibson, quien era un trabajador de almacén de madera en buena forma física, había estado sufriendo de un virus estomacal con calambres y diarrea durante tres semanas antes de su muerte.
El 27 de mayo, Gibson acudió a Urgencias en el Hospital Wythenshawe, donde se le realizó un electrocardiograma (ECG) que mostró anomalías.
El Dr. Oliver Handley, quien atendió a Gibson, remitió el caso al Dr. Thomas Bull, un registrador médico, para una segunda opinión.
El Dr. Bull interpretó el ECG como un bloqueo intraventricular no clínicamente significativo sin otros síntomas cardíacos. Sin embargo, análisis posteriores concluyeron que el ECG identificaba un bloqueo cardíaco completo, una condición grave que puede provocar muerte súbita.
"No se consideró necesario ningún tratamiento inmediato, y Gibson fue dado de alta y se le pidió que regresara al cabo de una semana si su grave enfermedad estomacal no había mejorado", explicó el Dr. Bull.
Once días después, Thomas Gibson fue encontrado muerto por muerte súbita cardíaca. Los abogados de la familia confirmaron que Manchester University NHS Foundation Trust admitió su responsabilidad por la atención médica negligente brindada a Gibson antes de su muerte.
El Dr. Matthew Thornber, consultor del hospital, reconoció que los ECG tomados no eran claros ejemplos de un bloqueo cardíaco, lo que complicó el diagnóstico.
"Esto no es una puerta de granero fácil de perder", comentó Thornber, señalando la dificultad del diagnóstico en este caso.
La investigación sobre la muerte de Thomas Gibson continúa, arrojando luz sobre los errores médicos y el dolor que estos pueden causar a las familias afectadas.