¿Has deseado convertirte en mamá y luego de serlo envolverte en emociones negativos? Esto fue lo que le sucedió a una mujer que gastó mucho dinero en convertirse madre y que al serlo se inundó de emociones negativas. Te contamos la historia viral de Alice Mann,
Alice Mann, pseudónimo que la mujer decidió usar, contó a Daily Mail que soñaba en convertirse en madre, por lo que congeló sus óvulos a los 35 años,
Poco tiempo después conoció a alguien con quien formalizó y comenzó a planear una familia. Sin embargo nada dio resultado ya que la pareja tuvo que enfrentar una fecundación in vitro, un embarazo natural y un aborto espontáneo.
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Tras fracasar en todos sus esfuerzos, la pareja optó por recurrir a una donante de óvulos y Alice finalmente pudo quedar embarazada a los 44 años, esta era su octava fecundación in vitro. Según cuenta a Daily Mail, la mujer experimentó una “cesárea relativamente sencilla”, pero aceptó que “no sintió esa oleada de amor” cuando pusieron a su hijo sobre su pecho.
“Sobre todo sentí incredulidad de que después de tanto tiempo, aquí estaba, era nuestro, éramos padres”, explicó a Daily Mail.
Vive una pesadilla
En un principio, Alice estaba contenta con haberse convertido en madre, sin embargo luego de unas semanas reconoció que no estaba sintiendo asombro, sino más bien sentimientos de “resignación, resentimiento, horror y miseria”.
“Durante mucho tiempo, todo lo que quería en mi vida era poder ser madre. Ahora que mi sueño era una realidad lo sentía como una completa pesadilla de la cual quería despertar y salir corriendo muy lejos", relato a Daily Mail.
Alice, calcula que gastó más de 113 mil dólares en quedar embarazada (unos 2 millones 199 pesos), pero se dio cuenta que no había disfrutado nada en todo el proceso. Reveló que lloró a mares cuando se dio cuenta de que “no había una parte” de la maternidad que estuviera disfrutando.
En ese momento fue cuando empezó a atormentarse por tener la sensación de lo que ella llama sentimientos “antinaturales y poco maternales” y por la madre que le "tocó" a su hija. Aunque Alice “todavía no está en el punto de usar adjetivos para describir la maternidad”, aseguró que las cosas han comenzado a mejorar y que su bebé “comenzó a convertirse en una fuente de alegría, en lugar de miseria”.
“La vida que tenemos hoy es diferente de la que abandonamos. No es peor, como pensé que era en lo más profundo de mi miseria; no es mejor, como muchos te quieren hacer creer. Es simplemente diferente”, reflexionó.
jcm